Con 20 años de experiencia y 10.000 menores juzgados con sentencias educativas, el juez Emilio Calatayud habló ayer en la ciudad sobre la violencia en la infancia.
Cien horas de servicio comunitario por conducir sin permiso; clases de informática por crackear webs empresariales causando daños valorados en 2.000 euros o visitas didácticas a las plantas de Traumatología de los hospitales por conducir temerariamente han sido algunas de las sentencias que ha impuesto el juez de menores Emilio Calatayud durante sus más más de 20 años de experiencia. El juez granadino visitó ayer el Centro de Desenvolvemento Caixanova para ofrecer una ponencia dentro del ciclo Violencia en la infancia.
¿Cuál es el principal mensaje que intentará dejar a los ourensanos a través de su ponencia sobre la infancia?
Con mi visita quiero reflexionar sobre la educación que los padres le otorgan a sus hijos en la actualidad, y los problemas que surgen en la docencia y en los colegios, pues la situación escolar que vivimos nos ha llevado a buscar nuevas alternativas al fracaso escolar, evitando la expulsión de los menores y el castigo en los colegios.
¿Cómo surgió la idea de cambiar castigo por educación en sus sentencias?
En realidad es algo que viene contemplado en la ley. Desde 1988, cuando entré en la justicia de menores, vi como ya se empezaban a contemplar los trabajos en beneficios de la comunidad. Lo único que he hecho es explotar esta herramienta y buscar alternativas al internamiento, comprometiendo a la sociedad en la rehabilitación de los infractores.
¿En qué recae el éxito de sus sentencias educativas?
Algunos jóvenes han reincidido, no todos son éxito. Las sentencias funcionan porque muchos chavales cometen delitos, pero no son delincuentes.
Quizás les hace falta madurar y ayuda para que llenen el vacío que puedan tener.
¿Cree que la educación cívica ha sido insuficiente para evitar la delincuencia juvenil?
Nos estamos equivocando en el tema educativo, creo que estamos en una sociedad un tanto enferma, pues tenemos que educar bien, y para hacerlo tenemos que decir no a muchas cosas, ya que hemos ido del conservadu rismo al libertinaje. Además, vivimos con complejo en esta joven democracia por el que nos da miedo decir que no y prohibir cosas. Tenemos que analizar profundamente los temas de educación sexual, el botellón, el acceso al mundo de las drogas, y, sobre todo, el acceso libre a las tecnologías, tanto en móviles como internet, pues hoy en día la tecnología es una droga adictiva e incluso una herramienta para cometer hechos delictivos.
¿Es preocupante para los jueces el mal uso que los jóvenes realizan con las nuevas tecnologías?
En mi experiencia, puedo afirmar que internet se ha conver tido en un mecanismo de captación de menores para cometer delitos o para aprovecharse de ellos. Tenemos que preguntarnos quién o quiénes son los responsables de este tipo de prácticas, para poder regular la ley y evitar el mal uso.
¿Existe algún vacío legal para evitar que los jóvenes usen páginas web para delinquir?
Lo que hay es un problema de regulación. Lo que yo reclamo es que las empresas se responsabilicen de las imágenes que los jóvenes suben a sus páginas. El problema es que este tipo de empresas, que promueven páginas como las de contactos personales como Facebook o hi5 están en el extranjero. En definitiva, tenemos que cambiar la ley para proteger a los menores en internet.
¿Ha provocado la crisis actual un aumento en la delincuencia juvenil?
Creo que sí, por que en lo que va del año, en Granada llevamos registrado el doble de asuntos judiciales que el año pasado. Creo que la cifras están siendo preocupantes.
Es conocido por muchos como El Padrazo y es padre de dos hijos ¿Cómo se han tomado ellos este sobrenombre?
Muy bien, la verdad es que yo estoy satisfecho de que mis hijos siempre hayan tenido a un juez de menores como padre.
¿Cuál es el principal mensaje que intentará dejar a los ourensanos a través de su ponencia sobre la infancia?
Con mi visita quiero reflexionar sobre la educación que los padres le otorgan a sus hijos en la actualidad, y los problemas que surgen en la docencia y en los colegios, pues la situación escolar que vivimos nos ha llevado a buscar nuevas alternativas al fracaso escolar, evitando la expulsión de los menores y el castigo en los colegios.
¿Cómo surgió la idea de cambiar castigo por educación en sus sentencias?
En realidad es algo que viene contemplado en la ley. Desde 1988, cuando entré en la justicia de menores, vi como ya se empezaban a contemplar los trabajos en beneficios de la comunidad. Lo único que he hecho es explotar esta herramienta y buscar alternativas al internamiento, comprometiendo a la sociedad en la rehabilitación de los infractores.
¿En qué recae el éxito de sus sentencias educativas?
Algunos jóvenes han reincidido, no todos son éxito. Las sentencias funcionan porque muchos chavales cometen delitos, pero no son delincuentes.
Quizás les hace falta madurar y ayuda para que llenen el vacío que puedan tener.
¿Cree que la educación cívica ha sido insuficiente para evitar la delincuencia juvenil?
Nos estamos equivocando en el tema educativo, creo que estamos en una sociedad un tanto enferma, pues tenemos que educar bien, y para hacerlo tenemos que decir no a muchas cosas, ya que hemos ido del conservadu rismo al libertinaje. Además, vivimos con complejo en esta joven democracia por el que nos da miedo decir que no y prohibir cosas. Tenemos que analizar profundamente los temas de educación sexual, el botellón, el acceso al mundo de las drogas, y, sobre todo, el acceso libre a las tecnologías, tanto en móviles como internet, pues hoy en día la tecnología es una droga adictiva e incluso una herramienta para cometer hechos delictivos.
¿Es preocupante para los jueces el mal uso que los jóvenes realizan con las nuevas tecnologías?
En mi experiencia, puedo afirmar que internet se ha conver tido en un mecanismo de captación de menores para cometer delitos o para aprovecharse de ellos. Tenemos que preguntarnos quién o quiénes son los responsables de este tipo de prácticas, para poder regular la ley y evitar el mal uso.
¿Existe algún vacío legal para evitar que los jóvenes usen páginas web para delinquir?
Lo que hay es un problema de regulación. Lo que yo reclamo es que las empresas se responsabilicen de las imágenes que los jóvenes suben a sus páginas. El problema es que este tipo de empresas, que promueven páginas como las de contactos personales como Facebook o hi5 están en el extranjero. En definitiva, tenemos que cambiar la ley para proteger a los menores en internet.
¿Ha provocado la crisis actual un aumento en la delincuencia juvenil?
Creo que sí, por que en lo que va del año, en Granada llevamos registrado el doble de asuntos judiciales que el año pasado. Creo que la cifras están siendo preocupantes.
Es conocido por muchos como El Padrazo y es padre de dos hijos ¿Cómo se han tomado ellos este sobrenombre?
Muy bien, la verdad es que yo estoy satisfecho de que mis hijos siempre hayan tenido a un juez de menores como padre.
