'Un enorme impacto en Santa Cristina'

La Fundación Germán Estévez para la protección de la naturaleza y el medio ambiente ha formalizado en esta semana la presentación de las alegaciones ante el Ministerio de Medio Ambiente reclamando la nulidad del estudio de impacto ambiental presentado por Iberdrola para construir una central en Santa Cristina, en el corazón de la Ribeira Sacra.
A juicio de este colectivo, la compañía vasca plantea una nueva central prescindiendo 'de la normativa en vigor y basándose en un informe de mínimos'. Añade, en su conclusión final, que la obra causaría 'un enorme impacto desde el punto de vista ambiental, paisajístico, turístico, cultural y en la afección del territorio, sin olvidar -recalca- que 'la conducción de tuberías hasta un lago artificial de 40 hectáreas cruzaría por un terreno con alto valor ambiental y patrimonial'.

La Fundación Germán Estévez se suma así a alegaciones similares planteadas desde colectivos ecologistas como Adega y Ríos con Vida sin olvidar los pronunciamientos a nivel político en contra de permitir más aprovechamientos hidrálicos en el Sil (el último, este viernes en el pleno de la Corporación de Ourense).

Los planteamientos de la fundación para la no aprobación del estudio de impacto ambiental (necesario para que el ministerio autorice la construcción) se articulan en seis apartados. El primera se basa en lo que el colectivo medioambiental considera mala ubicación del proyecto. En su informe, expone que el emplazamiento no es el más apropiado dado que todas las alternativas planteadas por la compañía 'se hallan situadas en zonas protegidas o próximas a ellas'.

Al mismo tiempo, plantea que el depósito artificial, la subestación transformadora y la línea de conexión presentan un grado de impacto ambiental variado ya que afectan a la hidrología de la zona, recordando la existencia en la zona de especies protegidas.

Asimismo, plantea que la empresa debiera replantear el proyecto para anular el grado moderado de impacto, a nivel físico, biológico y paisajístico, que ella misma reconoce tanto en la fase de construcción como explotación.

También valora el que Iberdrola reconoce que durante la ejecución del proyecto habrá vaciados del embalse durante el tiempo de ejecución de las obras (previstas hasta 2018): 'Pone en serio peligro a las poblaciones piscícolas, aquellas que dependen de ellas y a las especies ribereñas'.

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