Xosé Antonio Perozo (Llanera, Extremadura, 1951) estuvo 16 días en el Hospital Clínico Universitario de Santiago, su ciudad de adopción, luchando contra el coronavirus. Aunque tiene claro que los que batallaron fueron los sanitarios. Sanitarias en este caso: todas médicas y enfermeras. El escritor y periodista relata parte de su diario hospitalario en la columna “Aumentar la esperanza”, publicada en La Región. Habla, entre otras cosas, de las decisiones del Gobierno.
Hay quien dice que no es momento para el debate político. ¿O sí? .
Me parece que hay exceso de imprudencia de los dos principales partidos de la oposición y no solo pasa en España. Lo que pensamos, los que hemos estado en peligro, es que el momento es más para aportar soluciones que para aportar críticas. Hace falta más seriedad en la política y coherencia.
¿Veía la tele en el hospital?
Los primeros seis días fueron terribles, estuvieron a punto de meterme en la UVI. El equipo médico funcionó de maravilla y entonces ponía la tele y me cabreaba. Todo el empeño informativo era en ver qué está pasando mal. Pero el esfuerzo de los sanitarios está ahí. Yo veía ese esfuerzo y en cierto modo que estaban solos.
"Mi único mérito como enfermo ha sido resistir y confiar en los equipos sanitarios, ellos son los héroes"
¿Encontró alguna historia allí?
Tuve dos compañeros, dos personas normales sin ninguna historia particular. La discreción de los sanitarios es extraordinaria. Como enfermo no tengo ningún mérito, el único ha sido resistir y confiar.
Es mayor de 65, población de riesgo. Eso de llamar héroes a los que superan el virus...
Tengo 68. Pero los único héroes son los equipos sanitarios.
¿Valoraremos más nuestra sanidad pública?
Sí. Lo que no se está valorando es cómo han incidido los recortes, la faltas de protección, los cientos de médicos gallegos que han tenido que irse a Portugal e Inglaterra…
¿Le ha dado tiempo a leer o a escribir?
Los últimos cinco días ya hice alguna cosa y leí. A partir del día 10, me lo tomé con humor.
¿Contaba los días?
No. Lo único que me preocupaba era que saliese curado. Las médicas lo han conseguido.
¿Le valdrá para escribir?
No lo sé. A lo mejor en alguno de mis libros aparece algún enfermo de coronavirus. Lo que tiene esta experiencia es que he estado más allá que acá y me he salvado.
¿Qué opina del apagón cultural?
La cultura, como siempre, va a ser una de las grandes damnificadas de esta pandemia y habrá que pelear para que las administraciones se acuerden de la industria.
¿Se imagina un teatro lleno?
En cuanto aparezca la vacuna, esto pasará a ser una epidemia, como pasó con todas esas grandes epidemias. Pero esto es un aviso. Con el tiempo, los teatros volverán a estar llenos.
