La Resurrección del Señor marcó el final de la Semana Santa en la provincia. En la ciudad, los actos terminaron con la procesión de Santa María Nai, en la que se volvió a vivir el tradicional desprecio de la Corporación municipal hacia el obispo, una costumbre que data de más de 200 años.
El triunfo de la vida sobre la muerte y la victoria de la luz frente a las tinieblas fueron algunos de los mensajes utilizados por el obispo de Ourense, Luis Quinteiro, para despedir la Semana Santa.
La celebración del Domingo de Resurrección en la ciudad comenzó con una misa en la iglesia de Santa María Nai y con la peregrinación de la santa hasta la Catedral, donde los feligreses realizaron el rezo de la hora Sexta y la procesión del Encuentro entre la Virgen y el Cristo Resucitado.
A las 13 horas en punto, la Coral del Liceo entonaba una de sus últimas melodías, programadas dentro de la misa en la Catedral, sin embargo, su canto fue interrumpido por la Banda Municipal de Ourense, cuya presencia anunciaba la llegada de la Corporación, con el objetivo de llevar de regreso la imagen de Santa María Nai a su iglesia.
Tras concluir la misa, un grupo de cuatro policías locales cargaron en hombros la imagen de la santa, para dar comienzo a la procesión.
La comitiva eclesiástica estuvo encabezada por el obispo de Ourense, Luis Quinteiro Fiuza. Entre los políticos, el alcalde Francisco Rodríguez, tras disfrutar de unos días de asueto vacacional, se estrenó en estas lides, no así ninguno de sus socios de gobierno (BNG). Concejales del PP y PSOE, entre los que estaban Odilo Masid, Antonio Rodríguez, Agustín Fernández, Enrique Nóvoa y María Belén Iglesias, arroparon el cortejo.
La parte más colorida del acto fue la vestimenta de la Policía de Gala, cuyos trajes representaban los cargos de laceros, algüaciles, algüacilillos y maceros.
Al llegar a la escalinata de Santa María Nai se cumplió la tradición bicentenaria: los políticos desplantaron a las autoridades reli giosas al no subir las escaleras hacia el templo, mientras que el obispo desde la cima los saludó con una reverencia.
Durante este desprecio, un ourensano, dirigiéndose al alcalde, lo animó a subir las escalinatas, para limar las antiguas asperezas con el Obispado.
Esta tradición autóctona data de mediados del siglo XVIII, cuando se suscitó un problema referente a quién le correspondía arreglar dicha escalinata, si al Obispado de Ourense o al Ayuntamiento, así lo explicó Inés Castro, jefa de Protocolo del Concello de Ourense.
A fin de cuentas, el Obispado fue el que arregló la escalinata y en la procesión de Santa María Nai de aquella época, cuando la corporación municipal se disponía a entrar al templo, el obispo les cerró la puerta impidiéndoles el paso. Además, Castro agregó que desde aquella época, el Concello sólo sube las dos primeras escaleras, mientras el obispo inclina la cabeza desde la cima en señal de respeto.
Actos en la provincia
Allariz despidió la Semana Santa con la emotiva procesión del Encuentro, que despertó la devoción y la fe en los alaricanos que salieron a la calle para arropar a Cristo Resucitado. Por su parte, O Barco celebró el último día de Pascua con una procesión en la que la Virgen dejó atrás el negro del luto, al encontrarse con su hijo, Cristo resucitado.
La celebración del Domingo de Resurrección en la ciudad comenzó con una misa en la iglesia de Santa María Nai y con la peregrinación de la santa hasta la Catedral, donde los feligreses realizaron el rezo de la hora Sexta y la procesión del Encuentro entre la Virgen y el Cristo Resucitado.
A las 13 horas en punto, la Coral del Liceo entonaba una de sus últimas melodías, programadas dentro de la misa en la Catedral, sin embargo, su canto fue interrumpido por la Banda Municipal de Ourense, cuya presencia anunciaba la llegada de la Corporación, con el objetivo de llevar de regreso la imagen de Santa María Nai a su iglesia.
Tras concluir la misa, un grupo de cuatro policías locales cargaron en hombros la imagen de la santa, para dar comienzo a la procesión.
La comitiva eclesiástica estuvo encabezada por el obispo de Ourense, Luis Quinteiro Fiuza. Entre los políticos, el alcalde Francisco Rodríguez, tras disfrutar de unos días de asueto vacacional, se estrenó en estas lides, no así ninguno de sus socios de gobierno (BNG). Concejales del PP y PSOE, entre los que estaban Odilo Masid, Antonio Rodríguez, Agustín Fernández, Enrique Nóvoa y María Belén Iglesias, arroparon el cortejo.
La parte más colorida del acto fue la vestimenta de la Policía de Gala, cuyos trajes representaban los cargos de laceros, algüaciles, algüacilillos y maceros.
Al llegar a la escalinata de Santa María Nai se cumplió la tradición bicentenaria: los políticos desplantaron a las autoridades reli giosas al no subir las escaleras hacia el templo, mientras que el obispo desde la cima los saludó con una reverencia.
Durante este desprecio, un ourensano, dirigiéndose al alcalde, lo animó a subir las escalinatas, para limar las antiguas asperezas con el Obispado.
Esta tradición autóctona data de mediados del siglo XVIII, cuando se suscitó un problema referente a quién le correspondía arreglar dicha escalinata, si al Obispado de Ourense o al Ayuntamiento, así lo explicó Inés Castro, jefa de Protocolo del Concello de Ourense.
A fin de cuentas, el Obispado fue el que arregló la escalinata y en la procesión de Santa María Nai de aquella época, cuando la corporación municipal se disponía a entrar al templo, el obispo les cerró la puerta impidiéndoles el paso. Además, Castro agregó que desde aquella época, el Concello sólo sube las dos primeras escaleras, mientras el obispo inclina la cabeza desde la cima en señal de respeto.
Actos en la provincia
Allariz despidió la Semana Santa con la emotiva procesión del Encuentro, que despertó la devoción y la fe en los alaricanos que salieron a la calle para arropar a Cristo Resucitado. Por su parte, O Barco celebró el último día de Pascua con una procesión en la que la Virgen dejó atrás el negro del luto, al encontrarse con su hijo, Cristo resucitado.
