La marcha de la población flotante que llega a muchos concellos ourensanos en la época estival, sumado a las precipitaciones de estos días, relaja la tensión en el suministro de agua de numerosos municipios de la provincia. Aunque la sequía continúa -esta misma semana la Confederación Hidrográfica Miño-Sil advertía de que las previsiones no son positivas-, las lluvias recogidas han supuesto un balón de oxígeno.
Concellos como Vilar de Barrio o Riós, que afrontaron duras restricciones en el suministro desde el mes de agosto, mantienen en niveles estables los depósitos. “As chuvias destes días foron clave no noso caso”, reconoce Eva Barrio, alcaldesa de Riós. “É certo que estes días a auga non sae moi clara, porque os niveis estiveron moi baixos e tivemos que facer obras no pozo, pero pouco e poco se normalizará”, asegura. La regidora también destaca el descenso de consumo para regar, debido a las lluvias.
La caída de los visitantes también se deja ver en los registros de Vilar de Barrio. “Agora mesmo estamos estables, aínda que o nivel da captación aínda é baixo, claro”, apunta Manuel Conde, el alcalde.
Ribadavia
Ribadavia recuperó la normalidad, tras ponerse en marcha el pasado fin de semana la nueva captación del Avia. “A obra durou dúas semanas, e era moi complexa”, destacó Brais Fidalgo, portavoz del grupo de gobierno. La infraestructura pone fin a las restricciones en el suministro, iniciadas los primeros días de agosto. Aún así, el gobierno local pide responsabilidad y reclama la colaboración de las administraciones: “Temos permiso para coller auga do Miño, pero Augas de Galicia ten que involucrarse. Temos moitas eivas estruturais que precisan da súa intervención”.
