En los fogones del CHUO: cómo servir día tras día 700 menús personalizados

El personal de la cocina del CHUO se encarga de preparar más de 700 menús diarios para los pacientes en verano y un millar en invierno. El reto no es menor: cada bandeja lleva una etiqueta individualizada que contiene la dieta de cada enfermo

Cinco horas antes de que los pacientes del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) den el primer bocado a su comida, arranca la actividad en cocina. En épocas como la estival, cuando la presión asistencial se reduce, el número de menús desciende hasta los 700, pero en pleno invierno la cifra puede superar el millar. El reto: adecuar cada plato al gusto y particularidades de cada uno de los pacientes. 

Aquellos sin restricciones médicas pueden escoger su menú (eligen entre cuatro primeros y cuatro segundos) el día anterior. Para el resto, la selección de alimentos viene estipulada por los facultativos de planta y por los dietistas que trabajan en cocina. “O servizo de Dietética e Nutrición crea un código de dietas que de resposta ás necesidades nutricionais dos pacientes”, explica Óscar Domínguez, supervisor de Enfermería de la unidad. Con las opciones que ofrece la cocina, elaboran los menús, con “toda a súa idisioncrasia”: los hay sin sal, con sal, de fácil masticación, dieta blanda, baja en calorías, en grasas… 

Un programa informático conecta a los enfermeros de planta con los dietistas. “Cando os médicos pasan revisión e alteran a alimentación do paciente sáltanos unha alarma para variar o seu menú”, relata Domínguez. Los cambios suceden en tiempo real: el objetivo es adecuar cuanto antes los platos a la situación del enfermo. “A modificación faise en tempo real. Se o facultativo cambia algo ás doce do mediodía, nesa comida xa se lle fai o cambio no menú”, añade. 

El emplatado

El servicio de Dietética imprime una etiqueta individualizada para cada paciente antes de los turnos. En cocina, una vez termina la preparación de la comida, arranca el emplatado. En la zona de distribución, una veintena de pinches se colocan a ambos lados de una larga cinta de bandejas. A cada bandeja se la identifica con una etiqueta individualizada, que indicará a los trabajadores qué alimentos deben servir. “A tarxeta permite ver os datos do paciente: que cama ten, que habitación, que leva esa dieta, se é selectiva, se ten restriccións dalgún tipo…”, detalla Antonio Pazos, jefe del servicio de Cocina. 

La cinta va moviéndose mientras los pinches rellenan las bandejas. “Hai moita variedade, son case mil persoas a comer, cada unha coas suas particularidades”, resalta Pazos. Al llegar al final de la cinta, una de las dietistas revisa que el contenido sea el correcto, y la bandeja se coloca en el carro de transporte. “En cada carro entran 24 bandexas que hai colocar dun xeito específico. A comida quente cara un lado e a comida fría, como a froita, para outro. Iso permite que logo, ao subir á planta, se enchufe o carro á estación que mantén a temperatura”, explica. 

La distribución

Una vez los carros están llenos, varios pinches se encargan de transportarlo hasta el ascensor, exclusivo para cocina. “Temos unha pinche que se encarga de levar os menús ao hospital de Piñor, ao que tamén damos servizo”, comenta Pazos. En el CHUO, el personal de planta se encarga de recoger los carros y llevarlos a la estación, que mantendrá las condiciones de los alimentos. La comida llega en torno a la una del mediodía (siete y media de la tarde en las cenas) y, tan pronto como es posible, el personal comienza a distribuir las bandejas por las habitaciones, atendiendo al número de habitación y de cama de la etiqueta.

Por su parte, los enfermos dan cuenta del buen servicio de cocina. “La verdad es que todo está muy rico, la ternera, las pastas, las verduras… Quizás lo único que no está tan bueno es el pan y la patata, pero debe de ser por el sistema térmico que se aplica al llegar a planta”, valora María del Pilar Rodríguez, paciente del CHUO. En su caso, al no contar con restricciones alimentarias, puede escoger cada día el menú de la siguiente jornada. “Puedes elegir lo que quieras hasta las nueve de la noche, a esa hora el programa se cierra”, detalla. 

Nueva cocina

El CHUO estrenó las nuevas instalaciones del servicio de cocina en 2020, dos días antes de que arrancase el confinamiento. “Non foron momentos sinxelos pola situación, pero é certo que o novo espazo nos da unhas facilidades que antes non tiñamos. Estamos moi contentos”, recalca Pazos.

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