LÁMINAS CON HISTORIA

Gaseosas Troncoso, ‘digestivas, estomacales y gratas al paladar'

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photo_camera Anuncio de Gaseosas Sergio Troncoso publicado en año 1963.

Fundada en 1914 en A Cañiza, el hijo de su impulsor puso en marcha en 1954 una fábrica en Ourense

La lámina que distribuye hoy La Región recoge un anuncio publicado en 1963 por una empresa cuya imagen y sabor siguen presentes en la memoria y en la mesa de muchos ourensanos. Se trata de Gaseosas Troncoso, una bebida que permanece en el mercado gallego, aunque al margen de la familia fundadora.

Gaseosas Troncoso fue de las primeras fábricas de gaseosa ubicadas en Galicia. Fue fundada en 1914 por Sergio Troncoso Penedo, que embotellaba en el bajo de su casa de Veleixe, en A Cañiza (Pontevedra) y luego realizaba el reparto. Los repartos entonces eran sólo por las cercanías, ya que se hacían en carros arrastrados por mulas y caballos.

La empresa fue creciendo, llegando a tener ocho carromatos, y el reparto llegó a abarcar las comarcas de A Cañiza, Arbo, Crecente, Covelo, Mondariz, As Neves, Ribadavia y Carballiño. Para llegar a los lugares más lejanos, tenía cuadras o pajares alquilados, con comida para poder descansar y comer los repartidores, los caballos y las mulas.

Durante la Guerra Civil la empresa sufrió una fuerte crisis, pues el Estado le requisó todas las mulas y caballos para dárselos al Ejército. Sergio Troncoso tiene que dejar el reparto y vende la gaseosa sólo al que venía a recogerla a casa. Tras la Guerra, Troncoso Penedo reflota la fábrica, esta vez en compañía de sus hijos y en 1954 decide dejar la dirección del negocio a su hijo Sergio Troncoso Buceta.

Este, con la colaboración de su mano derecha y gerente, Jesús Giráldez Pérez, decide montar una fábrica en Ourense, concretamente en Guizamonde. La empresa experimentó un crecimiento espectacular con la incorporación de la gaseosa de litro mecánica, la primera marca en sacarla al mercado. Esto llevó a Sergio Troncoso a montar una planta embotelladora en el barrio ourensano de Quintela de Canedo. Era el año 1968 y constituía una de las factorías más modernas del momento, con capacidad para abastecer a toda Galicia y a regiones vecinas.

En la fábrica de Quintela de Canedo llegaron a trabajar 22 personas y disponía de once camiones de reparto, aparte de un gran número de distribuidores por toda Galicia.

Personas que convivieron con él y le conocieron en profundidad, recuerdan que Sergio Troncoso tenía a gala y repetía continuamente que sus gaseosas "no llevaban agua de la traída, sino que estaban hechas con aguas de las minas del Maqués de Guizamonde", que era el suministro que utilizaban los pontinos en los años 40 del siglo pasado y que después también utilizó él.

En 1994 Sergio Troncoso Buceta, tras muchos años de lucha y sacrificio por mantener la empresa en la cumbre del mercado y al no querer sus hijos seguir con el negocio familiar, decide jubilarse a los 68 años de edad y la empresa pasó a manos de dos personas muy próximas a él y dispuestas a mantenerla operativa.

En Ourense sigue explotando la distribución el que era su hombre de confianza Jesús Giráldez Pérez, bajo la firma Distribuciones J. Giráldez. Este, además de las gaseosas, amplía la actividad potenciando la distribución de otro tipo de bebidas, como cervezas, aguas, zumos, vinos, licores, etc.

Del resto de Galicia se hizo cargo su alumno Miguel Angel Garrido Raña, que hace repartos propios y siministra a un buen número de distribuidores por toda Galicia a través de su grupo de empresal Orbal.

Gaseosas Troncoso continúa posicionada en el mercado gallego gracias a la herencia dejada por Sergio Troncoso Buceta, de quien sus amigos también recuerdanuna frase emblemática que repetía muy a menudo: "Cuida que el vino sea bueno, que me estropeas la gaseosa".

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