Los asaltantes de Vilamarín pudieron actuar imitando los robos anteriores

La Guardia Civil cree que hay dos bandas de encapuchados que actúan en Ourense

La Guardia Civil sospecha que en los cuatro robos de los ‘encapuchados’ no han participado las mismas personas. Así, considera que existen al menos dos bandas diferentes y que el último asalto (ocurrido en Vilamarín el viernes) no está relacionado con los anteriores. En todo caso, las investigaciones se encuentran ya avanzadas.
Actúan de un modo prácticamente idéntico, con la cara tapada y guantes. Entran en viviendas de pequeños pueblos del rural ourensano, intimidan a sus víctimas septuagenarias y les roban.

Y, a pesar de todas estas similitudes, la Guardia Civil sospecha que detrás de las ‘capuchas’ no se esconden siempre los mismos rostros. En el último caso, el ocurrido en la madrugada del viernes en una aldea de Vilamarín, incluso está convencida de que, con total probabilidad, no se trata de las mismas personas que en los anteriores. Fuentes cercanas a la investigación hablaban ayer de un posible efecto de imitación en la forma de actuar en el último asalto por parte de estos ladrones.

Diferente es el caso de los otros tres asaltos. Los investigadores trabajan con la hipótesis de que, en al menos dos de ellos -el de Xinzo y Baños de Molgas- sí puedan ser los mismos autores a pesar de las diferencias entre ambos (cuatro encapuchados que llevaban navajas y tres que portaban un revólver, respectivamente) aunque tampoco descartan la posibilidad de que algunos de los integrantes de una banda en uno de los robos hayan podido actuar por su cuenta, con otros acompañantes, en otros asaltos, incluido el de Montederramo.

En todo caso, y teniendo en cuenta los testimonios aportados por las víctimas, las pesquisas se centran en que los ‘encapuchados’ son de la provincia, ya que hablaban entre ellos y con los afectados en gallego y castellano.

En su modo de actuar, fuentes de la investigación apuntan a que se trata de personas ‘con mucho tiempo libre y muchas posibilidades de observación’, de lo que se deduce que conocían previamente la situación en la que se encontraban sus víctimas -todas, excepto el matrimonio, vivían solas-.

La Guardia Civil analiza también las personas con antecedentes penales por delitos de robo con intimidación, algunos de ellos muy parecidos a los ocurridos en las últimas semanas.

Con estos datos y los hallados en las viviendas en las que ocurrieron los hechos, la investigación de estos asaltos se encuentra ya muy avanzada, según afirman fuentes muy cercanas a la misma.

Vigilancia

Y mientras no se resuelven los casos y se detiene a los autores, paralelamente a la investigación, la Guardia Civil ha incrementado la vigilancia en las zonas del rural ourensano. ‘Aumentaron os labores de prevención e tamén se avanza na investigación dos feitos’, explica el subdelegado del Gobierno, Camilo Ocampo.

Los robos se han convertido en tema de conversación y preocupación entre los vecinos

Los cuatro asaltos que en el último mes y medio han sido perpetrados por encapuchados en otros tantos municipios ourensanos no sólo tienen en alerta a los cuerpos y fuerzas de seguridad de la provincia. Desde que se produjeron estos sucesos, en los municipios en los que se registraron los asaltos hay entre los vecinos ‘una preocupación lógica’ a que los autores se vuelvan a dejar caer por la zona, más palpable en estos momentos en Vilamarín por estar todavía muy reciente el robo a un vecino del pueblo de Barbantes. ‘Los vecinos están preocupados por lo sucedido y no es para menos, pero la Guardia Civil está inves tigando’, según comenta el alcalde, Amador Vázquez.

El primer caso se registró a principios de octubre en As Corraínzas, en Montederrramo. Desde entonces han pasado las semanas y la situación en la zona se ha tranquilizado. ‘Desde aquel asalto no se han vuelto a dar más casos en el municipio.

No hay miedo entre los vecinos aunque sí cierta preocupación, evidentemente, en las zonas rurales, porque son gente mayor y en la mayoría de los pueblos vive poca gente’, explica el regidor, Antonio Rodríguez.

Entre la ciudadanía, especialmente en aquellos municipios donde se produjeron los asaltos de los encapuchados, estos sucesos se han convertido en un tema frecuente de conversación.

‘La gente habla de lo sucedido, pero está más o menos tranquila’, tal y como comenta el alcalde de Xinzo, Isaac Vila, en cuyo municipio un vecino de Baronzás sufrió el asalto a finales del pasado mes de octubre.

La intranquilidad se extiende también a municipios próximos. Uno de los robos se registró en Baños de Molgas y el alcalde de la cercana Xunqueira de Ambía, José Luis Gavilanes, asegura que ‘hay preocupación y miedo, sobre todo en el rural, porque aún está por demostrar si es una banda organizada’.



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