Las guerras ya no son de otros

La verdad, la primera víctima Ha comenzado una guerra y mucho antes de que se derramase una sola gota de sangre ya se había producido la primera víctima de todo conflicto armado: la verdad. En algún momento impreciso los trabajadores pasamos a ser un recurso humano y la mentira se sustituyó por otra añagaza: faltar a la verdad. Mienten en Rusia como promotores de las inmensas campañas de trolas llamadas fake news, mentirá medio mundo para justificarse en la acción o la inacción mientras la globalización distribuye fotos de lágrimas ante féretros, destrucción en las ciudades y caravanas inmensas de refugiados huyendo a ninguna parte. Ha estallado un conflicto de proporciones galácticas, como no se embride, que notaremos hasta en la barra de pan. El sufrimiento es como la economía de escalas, es ya global pero en grados. Aquí no se oyen los morteros ni las alarmas antiaéreas pero sus efectos van a la línea de flotación de las economías de todo el mundo. Ourense, con ser el finisterre del progreso y quedar a miles de kilómetros de las trincheras, pagará su factura: precios más caros, inflación desbocada, explotaciones ganaderas al borde de la ruina, riesgo de otra recesión y de paro. Crisis del 2008, crisis del covid, conflictos internos y externos. Vivir no debe ser fácil. No lo ha sido nunca. Atribuyen a Quino haber puesto en boca de su personaje Mafalda la frase “que se pare el mundo que me bajo”. La verdad es que de emociones vamos bien servidos. Un poco de monotonía nos vendría bien. Quién lo iba a decir, quién lo dirá No hay tiempo para digerir la actualidad, hace ya tiempo que nos papa por sus inmensas fauces. Aburrida no es esta olla a presión llamada periodismo. Estaban los analistas recontando los votos en Castilla y León cuando se soltó la anilla de la granada del PP y todo saltó por los aires. Las miradas confluyeron en Feijoo, que ahora sí atenderá la llamada de Madrid. El presidente de la Xunta deja la placidez de una mayoría absoluta para hacer de Moisés, apartando las aguas del Mar Rojo para que su pueblo saliese de Egipto. El de Os Peares apartará a los militantes y simpatizantes populares del cisma que surgió en el patio de luces de la calle Génova 13. Irá a Madrid y aquí quedará Aitor Karanka, que salía a dar las ruedas de prensa del Madrid cuando no lo hacía Mouriño. Quedará la Xunta sin el blindaje del liderazgo pétreo de Feijoo, a merced de la corriente de las puertas, que ya se sabe lo que acatarra. El partido en Galicia también podría quedar esperando liderazgo de estrena, abriendo la taquilla para sacar billete hacia la capital gallega. Más o menos abiertamente, siempre hubo líderes centrípetos que miraban con ojos vidriosos el poder en Compostela. No se descartan pasos, que pueden ser tropiezos como no se hagan con inteligencia. Pero, “chi lo sa”. Hace nada Casado podía tumbar a Sánchez, y se tumba hoy él. En el diván. Al diván con la crisis pueril Es un poco de psiquiatra las referencias que nos llegan de la actualidad esta semana. Por mucho empeño que se ponga nadie es capaz de adquirir toda la estupidez del mundo. Con la muerte, es lo más democrático: ricos y pobres se verán ante ella tarde o temprano. Germina la inutilidad política y se disemina por todo el orbe lo mismo en una tribu de pigmeos que en el Concello de Ourense, por buscar analogías. Siete días más perdidos en el bar de Moe, que ha montado local en la Plaza Mayor y que regenta un Homer Simpson más flaco pero igual de atrabiliario que el dibujo animado. Desautoriza a su concejala de Urbanismo y se cisca en el plan de urbanismo para hacer su Exin Castillos. Ya sin capacidad de reacción en la vieja Auria todo está cauterizado. Hay sequía, también en las ideas. A estas alturas de siglo hay entornos empresariales que parecen verse cómodos como reyes de Liliput. A estas alturas de glaciación el comercio repara en que si se unen pueden negociar mejores condiciones ante suministradores de electricidad, por ejemplo. Bienvenidos todos al año 1900, eso sí, después de Cristo. Por el Polígono de San Cibrao das Viñas el 75% de sus casi 300 empresas facturan ya más que hace cuatro años, han ganado en competitividad y han superado la devastadora crisis del covid. Y la de la pubertad. Al poner la Lupa DESCUBRIENDO LA ANATOMÍA Y EL CARGO Estudios sobre pediatría aseguran que los bebés descubren que tienen manos aproximadamente a las diez semanas de vida. El aprendizaje sobre su propia anatomía tiene diferentes fases. Por ejemplo, cuando cumplen entre cuatro y seis meses se dan cuenta de que tienen pies. Cuando los bañan chapotean demostrando su felicidad y miran a sus extremidades inferiores regocijados, sonriendo incluso al observar los dedos, que suelen meter en la boca, de lo flexibles que son. La vida es un aprendizaje constante, si no que se lo digan al alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, así de feliz en la fotografía, más que por descubrir su propia anatomía (va para 53 años y algo habrá visto ya), por reparar en la existencia del termalismo. Él, que calificó de “bluf” la capacidad termal de la ciudad, lo ve ahora como un elemento más de promoción y atracción turística. Lo que siempre estuvo ahí, él lo descubre ahora. Cualquier día va a creer que es alcalde. El portafotos José Rúas es concejal del PSOE en el Concello de Ourense y en el socialismo local hace tiempo que se propone ser algo más. Esta semana anunció que aspira a ser secretario local en la ciudad. Quién sabe si algo más, pero de momento, esa es su intención. Con la bondad de los bienintencionados dijo que su propósito es unir todas las “sensibilidades”, un neologismo que en la jerga del PSOE significa integrar a los que no se soportan, que son casi todos. Rúas, con empeño digno de un atlante, va a dedicarse a semejante empresa, a ver qué tal le sale. Sin embargo, mientras él hablaba, las “sensbilidades” ya estaban silbando y decidieron seguir con música de viento, incluyendo las pedorretas que le hicieron y se oyeron en el confín provincial. José Ángel Barquero, exconcejal, examigo de Rúas y “excasitodo” en el socialismo local le recordó que estaba “en las antípodas” de lo que representa el aspirante. Es decir, los socialistas de Ourense siguen haciendo el socialista, dándose en los tobillos y hasta detrás de las orejas. Y va Rúas ahora a ejercer el sacerdocio ante toda esta gente, pidiendo que se lleven bien, que ha llegado él. Y se abrieron las nubes y los querubines tocaron el arpa sentados en el regazo del nuevo jefe local.