entrevista

Historia de un joven académico

20170515124751375_result
photo_camera Un orixinal foto de Carlos Casares en Suecia.

Casares: “Mi decisión por el gallego como lengua literaria fue en el primer año de carrera”

El Carlos Casares del carnet de identidad nace en Ourense en 1941 y vivió desde niño en Xinzo, en donde sus padres eran maestros. El Carlos Casares narrador, poeta, novelista, crítico, conferenciante, ganador de premios  y seriamente comprometido con el idioma gallego, nace en 1967 con la publicación de  un libro de narraciones cortas “Vento Ferido”.

Desde ese primer libro , Casares hizo su licenciatura en  Romanicas, aprobó  una oposición, aprendió inglés, publicó seis libros mas y muchos articulos en diarios y revistas. Se casó con una sueca, fue padre de dos hijos, llegó a académico de la Real Academia Gallega y ganó todos los premios que merece la pena ganarse  en Galicia. Hoy vive en Cangas  (Pontevedra) ejerciendo de profesor agregado  en el Instituto  y dedicado de lleno a la creación literaria .

Ese Carlos oficial que tu dices se configura en Ourense cuando conocí a don Vicente Risco y, sobretodo, a Anton Tovar. Fue la primera vez que veía un libro gallego y a su autor juntos. Después Tovar me presentó a Novoneyra, a través del cual, ya en Santiago, conocí a Arcadio López Casanova que me llevó a casa de Ramon Piñeiro. Mi decisión por el gallego como lengua literaria fue en el primer año de carrera. Aunque en Ourense hay una mitología de la tertulia de Risco, al menos mientras yo asistí, a Risco no le hacia caso nadie, excepto los más jóvenes: Lezcano, Acuña y yo. Risco nunca se asombraba porque no supieras algo. Ejercía una especie de magisterio  involuntario,pero la tertulia no tenía nada de  extraordinario”.

Como muchos de su generación, Carlos Casares no se libro de sus años de Seminario.
Tengo un recuerdo positivo de aquellos años  porque tuve muy buenos maestros de Latín y Literatura. Siempre digo que le debo mucho a don Agustín Madarnás que me enseñó los primeros rudimentos  de lo que era escribir, con sus normas sobre la redacción, indicándonos lecturas e, incluso, a quien debíamos de copiar para aprender un estilo. También recuerdo el aspecto negativo, la rigidez del Seminario, pero mi balanza es más bien positiva.

 A Carlos Casares le gusta mucho contar historias  a las que cada vez añade un elemento nuevo de su propia cosecha. Hace unos días , en una tertulia de café, alguien le llamó cotilla y el contestó de estos cotilleos nacen después narraciones y cuentos.

Es verdad. Me es muy difícil escribir sin partir de una vivencia concreta, partir de algo que me contaron o que yo viví. Aunque en mi obra Ourense no tiene la importancia que en “La Catedral y el Niño” de Blanco Amor, subyace en ella un mundo típico de la aldea ourensana en donde pasé muchas temporadas que me dejaron unas vivencias  que aparecen al escribir. Lo que sale en “Vento Ferido” son historias vividas por mi o que me contaron. El Ourense urbano aparece circunstancialmente en mi obra pero el rural esta presente en toda ella.

Mimado de galaxia
¿Admite que es el niño mimado del grupo Galaxia como le consideran?

No creo que me mimaran especialmente. Mi relación con “Galaxia” fue así: En 1967 publican mi primer libro (Galaxia le publicó el primer libro a todo el mundo). Este libro tuvo mucho éxito de ventas  y casi todas las editoriales gallegas me hacen proposiciones para próximos trabajos. Lo que ocurrió es que yo trabajé bastante y con  cierta continuidad. Por otra parte también les fui fiel  desde un principio. Aunque nunca estuve en su órbita ideológica, siempre tuve respeto por ellos. En los años 60 le hice las críticas que hicimos todos a este grupo. Fui sincero pero mantuve mi amistad  y siempre salve la buena voluntad del grupo. Creo que sus errores fueron inevitables y generacionales. No hubo maniobras ni traiciones. Su obra cultural me parece acertada. Lo único que hicieron fue publicar todo lo que escribía, pero cualquier otra editorial lo hubiera hecho. Solo rompí el compromiso por razones de amistad con Mariño. Objetivamente no hubo mimo sino deferencia como tuve yo con ellos, porque la obra que les di  les proporcionó ingresos considerables y, hasta este año, no cobré derechos de autor, a los que renunciaba en beneficio de la publicación de libros  nuevos. A lo mejor cuando dicen lo de mimado se refieren al hecho de que ganara el premio “Galaxia” y el “Otero Pedrayo” de las Diputaciones. ¡Que me hicieran académico a los 35 años!, puede que sea un trato de favor en el sentido de que te gusta estar con gente  próxima a ti y reconozco que esto si fue un mimo y se lo agradezco, aunque propuse que entrara mas gente de mi edad pero no entraron aun.

Mimado o no, lo cierto es que Carlos Casares es de los pocos escritores gallegos que le sacó jugo a la literatura en gallego, no solo por los derechos de autor sino por los premios ganados:”Premio Galaxia”, 200 mil pesetas, “Otero Pedrayo”, 500 mil pesetas, mas otros de menor cuantía. Todos los premios literarios de Galicia , tarde o temprano, fueron para Casares.

Cada premio tiene su explicación. El primero fue el “O Facho”, al que mande “A Galiña Azul”, un cuento que escribí para una niña  amiga mía y que quería dar a conocer. Cuando se convoca el de los 25 años de Galaxia, ya tenía muy avanzada la novela “Xoguetes para un tempo perdido” y pensé que debía concurrir al premio mas importante de la narrativa gallega, el “Otero Pedrayo” de las Diputaciones. Me presenté porque llevaba tiempo trabajando en la tesis sobre la “Generacion Nos” y tenía mucho material  sobre Otero.

En un país como Galicia, donde no abundan los grandes premios era normal presentarse en unas circunstancias como la mías. Cuando se convocó el “Otero” desde Ourense circuló un anónimo en el que se decía que el premio estaba hecho para mi, pero el panfleto circuló antes de que se eligiera el jurado. Por otra parte muy pocas personas en Galicia habían hecho un trabajo científico sobre Otero Pedrayo y esto le daba cierta ventaja  al autor del anónimo. Respecto a los premios, creo que ya cumplí el cupo. ¡Para que más!
  
ACTIVISTA POLíTICO
En algunas entrevistas y solapas de libros, Casares aparece como una de las figuras claves del movimiento estudiantil de los años sesenta. En los setenta mantendría una viva polémica escrita y verbal, con Jesús Alonso Montero. “Me irritaba lo que el defendía del compromiso del escritor y la politización de la literatura. Me parecía un dogmatismo fuera de sitio”, afirma.

Más tarde a muchos les molestaría, y les sigue molestando, su no militancia en partido o su falta de compromiso con una ideología con nombres y apellidos.

Mi actividad política en la Universidad fue bastante intensa. Formaba parte de ADE (Asociacion Democrática de Estudiantes) de tipo sindical, con gente  en su mayoría de grupos cristianos  y de estudiantes que rechazaban  los grupos, más o menos, relacionados con el Partido Comunista. ADE llevó el peso de la lucha estudiantil hasta  el curso 67-68. Era un grupo bien organizado y disciplinado. Les ganamos las elecciones al SEU, lo que nos dió una actividad  muy importante. Se deshizo en 1968 y la gente se dispersó por otros grupos. Yo me fui con el FELIPE y durante el 68 y 69 me encargué de la formación de grupos juveniles  dándoles opciones  amplias y claras. Hoy tengo amigos en casi todos los partidos políticos de izquierda. Al disolverse el Felipe dejé la actividad política de partido aunque en las fichas policiales seguía apareciendo como  supercomunista y separatista. Mi no militancia actual tiene varias explicaciones. Sería, y lo fui, un mal militante  porque soy bastante individualista  y crítico. El militante tiene que aceptar fácilmente las opiniones y estar dispuesto a llevar adelante ideas en las que no cree. Creo que el papel del intelectual debe estar al margen  de los partidos, aun que no de la política  y yo no estoy al margen de la política. Para un intelectual, que es un ciudadano  con un estatuto muy especial, la política de partido  es empobrecedora y manipuladora.

PAPEL DEL INTELECTUAL
¿Cuál es el papel de un intelectual en la Galicia de hoy?

 Yo digo siempre que un escritor tiene, ante todo, compromiso con su propia obra. Si tenemos una literatura deficitaria, lo lógico es contribuir a su desarrollo. En un país como el nuestro puede, además, cumplir otro papel prestando su habilidad en el lenguaje a la clarificación de posiciones. Antes que nada el compromiso es con la propia obra.

¿Cómo son sus relaciones con los partidos políticos gallegos? 
Hay de todo, desde aproximaciones  hasta rechazos y campañas abiertas contra mi  como la que hizo ERGA en 1975 de la que estaba informado por militantes que venían  a contarme las consignas que les decían y de lo que había que decir de mi. Ellos defendían  la extraña idea de que debía de estar en su línea o, por lo menos, no criticarla. Trataban de criticar mis críticas literarias  porque yo quería hacerlas no politizadas y ellos querían utilizar la literatura políticamente.

¿Es difícil hacer crítica de libros?
Los libros de ensayo y de creación tienen ya una gran calidad. En lo literario, hay de todo. La poesía sigue en baja, aunque empieza a haber una renovación y de narrativa se publica muy poco. Yo lo atribuyo a la posición en que se encuentra el escritor en Galicia al no poder profesionalizarse. Si el escritor tiene que vivir de los derechos de autor, que es el 10% del precio de la obra , tendría que vender una cantidad enorme y somos dos millones y pico de habitantes. La colaboración en la prensa diaria, solo en gallego, sería insostenible. Excepto Blanco Amor y Cunqueiro, que escriben también en castellano, nadie más en Galicia puede vivir de la literatura. Como consecuencia, el escritor, antes que escritor, es otra cosa y dedica a la creación literaria los ratos libres, lo que dificulta muchísimo el trabajo. La consecuencia es que no tenemos una producción regular sino intermitente. Un poema se hace más o menos en un rato de inspiración, pero una novela exige una dedicación y un trabajo constantes . Por eso abunda poco en gallego . La solución sería que las instituciones financieras  dieran becas y ayudas. Hay un precedente en la Fundación Barrié de la Maza que concede una beca vitalicia de 250 mil pesetas, pero suele elegir escritores entre los 75 y los 89 años, cuando es ya un premio de consolación. Creo que, por el momento, no hay  ese grado de concienciación en las instituciones financieras.

SIEMPRE LOS MISMOS 
¿Por qué en Galicia  siempre están los mismos en las conferencias, los premios y los jurados?

Porque somos pocos.

¿No será también que hay un coto cerrado  al que no se entra fácilmente?
Todo está abierto. Personalmente promociono a muchos jóvenes a través de  mi crítica literaria. Creo que en un medio cultural como el gallego, la única regla es promocionar al que tiene talento y el que no lo tiene se quedara fuera. Desde hace muchos años vengo oyendo que “Galaxia”  es un coto cerrado y repasando su catalogo, figuran en él autores de todos los extremos, desde Méndez Ferrin hasta Moure Mariño. Es cierto que en sitios como la Academia, el número es limitado y se hace una política determinada y hay gente que está fuera que debería estar dentro.

¿Debajo de que escrito pondría  hoy su firma?
En aquel que hiciera una llamada de atención  sobre la situación de la autonomía, que está dejando de ser tal para pasar a ser un proyecto de descentralización. Creo que los que están detrás de esto, no calibran los males que pueden traer para el futuro. En Galicia hay un gran sentimiento autonomista, que no recoge ningún partido en exclusiva y que se va a frustrar. Galicia es un país privilegiado para la autonomía y se puede hacer libremente porque no hay presiones populares  apremiantes ni movimientos amplios radicales. Pero por este camino le van a dar la razón a los que creen que la autonomía  solo será posible radicalizando posiciones o negociando en situaciones de mucha fuerza, y esto es lamentable.

UN GALLEGO EN SUECIA
Carlos Casares esta casado con una sueca que acaba de publicar un libro de  dibujos para niños titulado “Doña Galicia”. Es padre de dos niños y confiesa que nunca sintió “el efluvio de ser padre” del que hablan algunos. Ambos tienen nombres suecos.

Los dos nacieron en Suecia y a mi mujer le molesta mucho la costumbre que hay en España de traducir los nombres extranjeros. A la hora de bautizar a los niños dijo que ya que ella renunciaba  a vivir en su pais, quería tener algo de allí. Buscamos nombres que fueran  intraducibles para evitarle problemas a los niños.

Usted pertenece a una generación española para la que el contacto con el extranjero llegó a ser vital .¿Qué supuso su contacto con Suecia?
Ese contacto lo tuve a través de Suecia que es un pais muy especial. Me sirvió para contrastar y relativizar los problemas. Me veo más flexible, menos dogmático, valoro cosas muy nuestras que antes no valoraba. Yo estaba en ese hipercriticismo que lleva a despreciar todo lo que es tuyo  y a admirar lo de fuera. Descubrí valores que antes no estimaba como la amistad o la cordialidad entre la gente y una cierta informalidad  de la vida que te permite  una distribución del tiempo  un poco anárquica. La realidad sueca me hizo políticamente mas realista, menos utópico. Cada vez veo a la izquierda española y gallega mas utópica y muy pendiente  de los conceptos y las palabras y poco apegada a la realidad, frente a una derecha tremendamente realista. La utopía también está presente en la izquierda sueca, pero las crisis  no tienen nada que ver con la utopía sino con cosas concretas. Sería impensable allí el delirio del ultimo congreso del PSOE en el que se pidieron  cosas como que la ONU venga a Ibiza. Mucha gente cree que ahora soy más conservador. Lo que soy es menos utópico. Cada vez la política me parece  mas la ciencia de lo imposible, menos testimonial y moralista.

METAS PROFESIONALES 
¿Cuáles son sus metas profesionales?

Como profesor no me planteo demasiadas cosas porque para mi es solo un medio de vida cómodo que me deja tiempo libre para la vida literaria. Pretendo seguir mi obra en la misma dirección, consciente de que estoy en una etapa  de mi vida ya contada. Entre los 30 y los 50 es cuando un escritor  da de si todo lo que puede. Quiero aprovechar ese espacio temporal. Hasta hace un año dudaba si promocionarme como  profesor universitario. Ahora, definitivamente, no me interesa la Universidad. No merece la pena meterse en ese mundo de guerritas y zancadillas. Tengo claro que todo lo que no sea la obra literaria va a ser secundario para mi  y cada dos años trataré de sacar un libro. Hasta ahora la tesis doctoral era prioritaria. Este año me planté porque pienso que una buena tesis doctoral la puede hacer cualquiera, pero un buen libro de creación, puede hacerlo muy poca gente y es lo que yo hago mejor.

¿Por qué lleva barba?
Nunca me gusto la gente con barba  pero mi mujer me lo pidió cuando nos casamos. Le prometí que la dejaría cuando tuviéramos un hijo y aquí estoy con mi barba que me resulta cómoda.

De su obra, ¿de qué esta más satisfecho?
Los libros que más me gustan son el primero “Vento Ferido” y el último, “Os oscuros sonos de Clio”. Es lo que me sale mejor, las narraciones cortas. En la novela me muevo con dificultad. En el cuento me muevo mejor pero el éxito del primero me dio cierto miedo  para repetir las narraciones.

¿Cómo es su vida afectiva?
Soy una persona muy afectiva. Mi relación con la gente es siempre cordial. Muchas veces no me puedo desprender de la afectividad a la hora de hacer la critica de un libro. Tuve una vida afectiva muy movida  y no se por qué. Creo que dependió de las circunstancias y quizá de una cierta inmadurez afectiva. No me arrepiento. Hasta que me casé lleve una vida viva. Lo pase bien.

Entrevista feita por
Maribel Outeiriño,
publicada en La Región
en 1979

Te puede interesar