Ignacio Maestro (A Coruña, 1973), ingeniero técnico superior de Caminos, está al frente de la Dirección xeral de Mobilidade de la Xunta desde 2017.
¿Cuál era la meta que tenían en mente a la hora de crear la tarjeta?
Por un lado, está el objetivo de la educación, porque lo que se aprende de pequeño es más fácil que se interiorice. Además, estamos impulsando políticas activas a favor tanto del rural como de los jóvenes. La Xunta apostó por extender la tarjeta a toda Galicia, sin marcar fronteras entre zonas favorecidas y desfavorecidas por la iniciativa, cuando además queremos insistir en que al rural hay que apoyarlo. A una persona que viva en el pueblos de Verín, por ejemplo, queremos facilitarle que se pueda trasladar tanto a Verín como a la ciudad de Ourense.
La iniciativa apunta en una línea similar a la reducción de la velocidad máxima en ciudad.
Tenemos un papel muy importante en cuanto a lastrar el transporte privado (con radares de velocidad, por ejemplo), y favorecer el transporte público mediante diferentes facilidades, como las estaciones intermodales. La postura de la Xunta está perfectamente alineada con la UE.
