FORO LA REGIÓN

José de Cora: “La diosa Cibeles era una deidad muy sexual y violenta"

El editor y escritor presentó en Ourense su novela "La Navaja Inglesa", ambientada en el Madrid del rey Carlos III

Doce vertientes diferentes en una misma novela. Nombradas expresamente por el autor, cuatro: mitológica, esotérica, policíaca y erótica. La novela: La Navaja inglesa. El escritor: José de Cora. El escenario: el Centro Cultural Marcos Valcárcel dentro del Foro La Región.

La periodista Maribel Outeiriño fue la encargada de presentar al autor, a quien dio paso tras realizar un rapidísimo resumen por su trayectoria y a quien retó a explicar algunas de sus dudas al final de la conferencia.

José de Cora tuvo claro por donde comenzar, por los inicios, es decir, por la diosa Cibeles. "Es, sin duda, la protagonista invisible de toda la novela, no hay divinidad que se le pueda comparar". Explicó los orígenes de esta deidad y cómo su llegada a Roma coincidió con una época próspera que dio lugar a que Cibeles ganara popularidad y devoción. "En unos llamados libros sibilinos se recogía que Roma se libraría de todos sus males cuando la Cibeles llegase a la ciudad, así sucedió".



Connotaciones sexuales

Sin embargo, esta deidad, que según Cora es la más antigua, tenía unas connotaciones sexuales muy violentas. "Los sacerdotes se tenían que autocastrar y arrojar el escroto a la Diosa como muestra de fidelidad. Su veneración estaba acompañada de ritos muy sanguinarios, así que una religión tan violenta no podía prosperar". Esta pasión por Cibeles surgió en el escritor y periodista mucho antes de la novela. "Hace unos veinte años se investigó en Lugo los orígenes de Santa Eulalia de Bóveda. La conclusión, después de muchos estudios, fue que allí hubo un templo dedicado a Cibeles. Pasados trece años no podía aguantar más con esa documentación y decidí darle salida. Como no soy un investigador, ni historiador, me ví liberado a través de una novela sobre Cibeles".

Decidió situar su historia en Madrid, en el siglo XVIII de Carlos III, el rey ilustrado, que trajo la estatua de Cibeles a la capital. "Las teorías de cómo llegó no dejan de ser fantasiosas, lo único cierto es que está ahí. Estas teorías son las que me dan origen a escribir y a fabular y ahí se sitúa la novela: cuando empiezan a ocurrir una serie de asesinatos, el primero un niño puro, cuyos cuerpos aparecen castrados y sus atributos cerca de dónde se situará la Cibeles".

Hasta ahí la parte más mitológica y esotérica. La policíaca, según el autor, "no se cuenta, porque cualquier detalle podría descubrir quién o quiénes son el asesino o la asesina". Pero sí destacó la parte más erótica del libro: "La Cibeles es una diosa del sexo. De hecho los dos leones que tiene delante son en realidad dos amantes a los que ella castigó."



Costumbres de Madrid

José de Cora realizó un breve repaso por algunas costumbres del Madrid de entonces: pensiones con la modalidad de medio y limpio, en la que se alquilaba la mitad de una cama sin chinches pero a compartir con quien surgiera; los encuentros para personas desconocidas que solo buscaban pasar un buen rato o la figura del chischiveo, un hombre que acompañaba a la mujer casada a todas horas y a todas partes que, generalmente acababa siendo su amante, pero con el que el marido también tenía un buen trato, ya que era un sirviente más. Y para finalizar habló de María Luisa de Parma y de su dentadura postiza y su afición al sadomasoquismo.

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