Director del Centro Penitenciario de Pereiro

Juan Carlos Salvador Rodríguez: ‘Necesitamos recursos humanos fuera de la prisión para controlar a personas condenadas’

 Juan Carlos Salvador Rodríguez. (Foto: Miguel Ángel )
Juan Carlos Salvador Rodríguez es desde hace dos días director del Centro Penitenciario de Pereiro de Aguiar. Su reto es conseguir recursos humanos fuera de las instalaciones para ayudar a controlar a los condenados.
Llevaba 16 años como subdirector de la cárcel de Pereiro e Instituciones Penitenciarias lo nombró hace dos días director. Ayer aún no se había mudado de despacho, pero en la cabeza ya tiene perfilado el proyecto que pretende desarrollar entre los 463 presos. ‘Me apoyo mucho en mi familia, que me da equilibrio y me enseñó a valorar las cosas sencillas. Eso lo voy trasladar aquí’, asegura.

Lleva 16 años como subdirector de la prisión y ahora lo nombraron director, ¿es esto un premio? No, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias entendió que es bueno mantener la gestión que se viene realizando en las instalaciones y eso me sitúa en el plano de director. Creo que había muchas personas válidas para ocupar el puesto y seguro que lo harían perfectamente.

¿Cómo va afrontar el futuro? Muy ilusionado y con muchas ganas de trabajar. Siempre estuve en un plano discreto, pero con mucho trabajo y gestión. Ahora comienza una nueva etapa, que tendrá dificultades, pero intentaremos superarlas. La crisis económica va afectar a todas las unidades administrativas y tenemos que optimizar recursos y gestionarlos para obtener el mayor rendimiento posible. El gran reto en estos momentos es mantener la gestión que tenemos.

¿Cuántos presos tienen en la actualidad? Estamos en 463 internos y no son muy conflictivos. En el transcurrir cotidiano se puede plantear algún problema, pero por lo general son tranquilos, no generan muchos conflictos.

¿Cuáles son los presos más peligrosos? No podemos hablar de un patrón de preso peligroso. En la cárcel tenemos personas condenadas a muchos años de prisión y no generan ningún problema y sin embargo otros con unas penas de un año pueden ser muy conflictivos, a veces porque no tienen apoyo de la familia, los dejaron la novia o tienen cualquier otro problema. Hay que analizar cada caso de forma individual. Hay un tipo de preso en la provincia que suele ser condenado a muchos años por cometer un gran delito por cuestiones de lindes entre fincas e incluso por problemas pasionales, violaciones o disputas entre vecinos. Este preso no suele originar discusiones. En la actualidad, tenemos un serio problema con las personas que sufren transtornos psiquiátricos, son los que generan más conflictos, incluso con los compañeros y, a través del personal sanitario, los derivamos a centros especializados.

¿Qué necesita la cárcel? Medios humanos en el exterior, más colaboración de asociaciones y voluntarios, porque ahora mismo tenemos que controlar más expedientes fuera que dentro de la prisión. En los próximos meses intentaremos buscar colaboración en el exterior para que la tarea de reinserción esté garantizada y controlada. Las reformas del Código Penal provocan que tengamos que controlar más personas fuera de la prisión que dentro. Ahora hay un nuevo perfil de personas condenadas, como son los conductores, que si no llegan a ingresar en prisión debemos controlar que cumplen la pena. Vamos a establecer convenios con asociaciones para, incluso, controlar a los presos que participan en cursos o realizan prácticas en el exterior.

¿Va mantener todos los programas de reinserción que están en marcha, como la Unidad Terapéutica? Sí y muchos de ellos los vamos a dinamizar. Ya estamos trabajando en un nuevo modelo que se llama respeto entre mujeres. Pretendemos que ninguna de las internas que hay en las intalaciones tengan un solo minuto desocupado.

¿Qué le diría a los funcionarios? Les doy las gracias por pensar en mi para la dirección, pero lo único que puedo prometer es trabajo. Saben que soy muy exigente y juntos conseguiremos resultados.

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