Cinco años y dos meses de cárcel es la pena que el fiscal solicita para cada uno de los dos hermanos que ayer fueron juzgados por, supuestamente, amenazar primero al dueño y al portero de un pub de la ciudad y, posteriormente, abalanzarse sobre dos policías de paisano a los que habrían intentado agredir con sendas navajas.
Dos hermanos fueron juzgados ayer en el Penal número 2 de Ourense acusados de los presuntos delitos de amenazas y atentado a agente de la autoridad con instrumento peligroso. Los hechos que el fiscal atribuía a Alberto G.J. y Javier G.J., del denominado clan de los Madriles, ocurrieron a primera hora de la madrugada del 11 de agosto de 2007 en la ciudad. Según la acusación pública, los acusados entraron en un pub de la Plaza del Corregidor y comenzaron a insultar al dueño y al portero del local, amenazándolos con expresiones como acabamos de salir de la cárcel y no tenemos miedo a volver. El fiscal prosigue su relato asegurando que Javier G.J. sacó una navaja e hizo ademán de clavársela al dueño del establecimiento, aunque sin hacerlo. Una vez expulsados del local, Alberto G.J. supuestamente sacó una navaja de grandes dimensiones y se abalanzó sobre el portero, golpeándole con la empuñadora aunque sin causarle ninguna lesión.
La acusación sostiene que, poco despuñes, los acusados estaban sentados en un banco de Pena Corneira y comenzaron a meterse con dos jóvenes, policías de paisano, alegando que no los habían saludado. Supuestamente, se abalanzaron sobre ellos y le pegaron puñetazos. El fiscal sostiene que la agresividad de los acusados aumentó cuando las víctimas se identificaron como policías y mostraron sus placas, dado que sacaron sus navajas e intentaron agredirlos, al tiempo que los amenazaban de muerte. Los agentes consiguieron alejarse de los acusados, que fueron detenidos poco después por una patrulla, que incautó a Alberto G.J. una navaja de 16,5 centímetros de hoja y a Javier G.J. otra de 11,5 centímetros.
El fiscal reclama para cada uno de los acusados un año y dos meses de cárcel por el delito de amenazas, así como cuatro años más por el de atentado contra agentes de la autoridad.
La acusación sostiene que, poco despuñes, los acusados estaban sentados en un banco de Pena Corneira y comenzaron a meterse con dos jóvenes, policías de paisano, alegando que no los habían saludado. Supuestamente, se abalanzaron sobre ellos y le pegaron puñetazos. El fiscal sostiene que la agresividad de los acusados aumentó cuando las víctimas se identificaron como policías y mostraron sus placas, dado que sacaron sus navajas e intentaron agredirlos, al tiempo que los amenazaban de muerte. Los agentes consiguieron alejarse de los acusados, que fueron detenidos poco después por una patrulla, que incautó a Alberto G.J. una navaja de 16,5 centímetros de hoja y a Javier G.J. otra de 11,5 centímetros.
El fiscal reclama para cada uno de los acusados un año y dos meses de cárcel por el delito de amenazas, así como cuatro años más por el de atentado contra agentes de la autoridad.