Cuando están a punto de cumplirse cuatro años de la entrada en vigor de la ley antitabaco, el programa Punto crítico analizó su aplicación, que fue polémica ya desde un principio y continúa suscitando un intenso debate. Por una parte, los representantes del sector sanitario defendieron que se proteja a los no fumadores, mientras los profesionales de sectores que afectados por esta medida, como los hosteleros, rechazaron la actual normativa y defendieron otra basada en la prevención, no en la prohibición.
¿Ha sido útil la ley antitabaco? ¿Ha reducido el número de fumadores? Fueron algunas de las cuestiones que planteó ayer el programa Punto crítico, de Telemiño, que generó un intenso debate entre profesionales sanitarios y otros sectores que han sufrido las repercusiones económicas de la normativa.
Así, para los primeros, era necesario limitar los espacios donde se fuma y proteger a los no fumadores, argumentando que el tabaco causa un número muy elevado de fallecimientos. De hecho, según los datos expuestos por los médicos participantes en el programa, en el caso de que se llegase a erradicar el tabaco, en 20 años desaparecería el cáncer de pulmón. Por ello, defendieron que los responsables públicos no miren para otro lado. Sin embargo, entre los hosteleros existe un gran descontento con la normativa, criticando que haya establecido una diferenciación entre los locales en función de su tamaño y acabe provocando el cierre de establecimientos. Por ello, los presentes defendieron que la normativa permita que el hostelero sea el que decida si en su local se puede o no fumar, ya que se trata de lugares a los que no es obligatorio ir, a diferencia de otros lugares públicos. En todo caso, los participantes que se posicionaron en contra de la ley antitabaco sí defendieron que se desarrollen programas de prevención de su consumo y de curación de los adictos, pero rechazaron que se apliquen medidas basadas en la prohibición. Por ello, reivindicaron que en la reforma de la ley, que previsiblemente se realizará el próximo año, se tengan en cuenta estos aspectos y que la nueva normativa no discrimine y perjudique en la medida que lo hace la actual. Inspecciones Entre los participantes en el programa, la responsable del Servicio de Epidemiología de Ourense, Ana Isabel González, indicó que en Ourense se realizan unas mil inspecciones al año, no sólo en el ámbito de hostelería, sino en todos (incluso el sanitario). En 2006 dieron lugar a 50 expedientes sancionadores, que subieron a 70 en 2007, a 120 en 2008 y en lo que va de 2009 ya se alcanzan 140. En Ourense también se presentaron entre 20 y 50 denuncias anuales.
EN CONTRA DE LA LEY
Sebastián Martín, hostelero, considera que la ley antitabaco ha perjudicado a los profesionales de su sector, en concreto, por realizar una distinción entre unos establecimientos y otros en función de su tamaño. Al respecto, argumentó que los clientes tienden a ir a los sitios donde se fuma y eso acaba provocando que personas que viven de esos negocios tengan que cerrarlos. En todo caso, no se mostró a favor de que las leyes se incumplan, pero considera la normativa antitabaco está mal hecha, porque hay un sector indefenso.
Ricardo Miguel Ojea fumador, considera que la ley diferencia malos y buenos. A su juicio, era una norma poco demandada por la sociedad y no se aplica, además de opinar que su objetivo es erradicar a los trabajadores de la vida social, aunque cree que no se va a lograr porque en España las personas no son rechazadas por fumar. Defendió que sería ideal trazar un plan de acción sobre el tabaco, basado en la atención, prevención y curación, pero lo que no se puede es prohibir y ya está, porque no funciona.
Mercedes Alonso, presidenta de la Asociación de Estancos de Ourense, aseguró que la parte de fumadores que dejó de hacerlo es muy pequeña. Aseguró que la mayoría de ellos se han cambiado del cigarrillo a la picadura de liar por economía, o se han pasado al puro. A su juicio, es importante que se haga una labor médica para aconsejar que no se fume, pero considera que no es útil que se presente como una obligación. En todo caso, sí se mostró a favor de que el producto sea más natural y no se permitan tantos aditivos.
A FAVOR DE LA NORMATIVA
El neumólogo Joaquín Lamela consideró que la libertad de cada uno termina donde se puede hacer daño a otros. El daño que hace el tabaco es tremendo, aseguró, recordando que mata a mucha gente (según los datos que mostró, el tabaco es el único producto que mata al 50% de sus consumidores). Además, hace daño a los que están al lado, porque personas no fumadoras pueden desarrollar una enfermedad si pasan mucho tiempo junto a fumadores o en ambientes cargados de humo. En sus intervenciones, insitió en que es muy malo para la salud.
Ana Isabel González, farmacéutica y jefa del servicio de Vigilancia Epidemiológica de Ourense, explicó que la ley tiene como objetivo fundamental salvaguardar la salud de la población, proteger al no fumador e intentar que los fumadores dejen el hábito. Explicó también que la reforma prevista, por lo que se conoce hasta el momento, ampliará los lugares donde no se puede fumar. En sus intervenciones, alegó que el tabaco está reconocido como una de las principales causas de mortalidad y defendió que se adopten medidas para evitar enfermedades que se pueden prevenir.
Celso Sánchez, médico de Atención Primaria en Coles, considera que la ley xa tivo un efecto moi importante de concienciación y existe un consenso social al respecto más amplio que en otras épocas. Además, señaló que permitió disminuir el índice de personas fumadoras, que en 2006 pasó del 25% ó 21%. Consideró, igualmente, que la ley no es prohibicionista, pero sí protege a los no fumadores y a los trabajadores, aunque opinó que si fuese más clara tendría un mayor apoyo. También señaló que o tabaquismo é un problema moi grave de saúde pública y una de las principales causas de muerte.
Así, para los primeros, era necesario limitar los espacios donde se fuma y proteger a los no fumadores, argumentando que el tabaco causa un número muy elevado de fallecimientos. De hecho, según los datos expuestos por los médicos participantes en el programa, en el caso de que se llegase a erradicar el tabaco, en 20 años desaparecería el cáncer de pulmón. Por ello, defendieron que los responsables públicos no miren para otro lado. Sin embargo, entre los hosteleros existe un gran descontento con la normativa, criticando que haya establecido una diferenciación entre los locales en función de su tamaño y acabe provocando el cierre de establecimientos. Por ello, los presentes defendieron que la normativa permita que el hostelero sea el que decida si en su local se puede o no fumar, ya que se trata de lugares a los que no es obligatorio ir, a diferencia de otros lugares públicos. En todo caso, los participantes que se posicionaron en contra de la ley antitabaco sí defendieron que se desarrollen programas de prevención de su consumo y de curación de los adictos, pero rechazaron que se apliquen medidas basadas en la prohibición. Por ello, reivindicaron que en la reforma de la ley, que previsiblemente se realizará el próximo año, se tengan en cuenta estos aspectos y que la nueva normativa no discrimine y perjudique en la medida que lo hace la actual. Inspecciones Entre los participantes en el programa, la responsable del Servicio de Epidemiología de Ourense, Ana Isabel González, indicó que en Ourense se realizan unas mil inspecciones al año, no sólo en el ámbito de hostelería, sino en todos (incluso el sanitario). En 2006 dieron lugar a 50 expedientes sancionadores, que subieron a 70 en 2007, a 120 en 2008 y en lo que va de 2009 ya se alcanzan 140. En Ourense también se presentaron entre 20 y 50 denuncias anuales.
EN CONTRA DE LA LEY
Sebastián Martín, hostelero, considera que la ley antitabaco ha perjudicado a los profesionales de su sector, en concreto, por realizar una distinción entre unos establecimientos y otros en función de su tamaño. Al respecto, argumentó que los clientes tienden a ir a los sitios donde se fuma y eso acaba provocando que personas que viven de esos negocios tengan que cerrarlos. En todo caso, no se mostró a favor de que las leyes se incumplan, pero considera la normativa antitabaco está mal hecha, porque hay un sector indefenso.
Ricardo Miguel Ojea fumador, considera que la ley diferencia malos y buenos. A su juicio, era una norma poco demandada por la sociedad y no se aplica, además de opinar que su objetivo es erradicar a los trabajadores de la vida social, aunque cree que no se va a lograr porque en España las personas no son rechazadas por fumar. Defendió que sería ideal trazar un plan de acción sobre el tabaco, basado en la atención, prevención y curación, pero lo que no se puede es prohibir y ya está, porque no funciona.
Mercedes Alonso, presidenta de la Asociación de Estancos de Ourense, aseguró que la parte de fumadores que dejó de hacerlo es muy pequeña. Aseguró que la mayoría de ellos se han cambiado del cigarrillo a la picadura de liar por economía, o se han pasado al puro. A su juicio, es importante que se haga una labor médica para aconsejar que no se fume, pero considera que no es útil que se presente como una obligación. En todo caso, sí se mostró a favor de que el producto sea más natural y no se permitan tantos aditivos.
A FAVOR DE LA NORMATIVA
El neumólogo Joaquín Lamela consideró que la libertad de cada uno termina donde se puede hacer daño a otros. El daño que hace el tabaco es tremendo, aseguró, recordando que mata a mucha gente (según los datos que mostró, el tabaco es el único producto que mata al 50% de sus consumidores). Además, hace daño a los que están al lado, porque personas no fumadoras pueden desarrollar una enfermedad si pasan mucho tiempo junto a fumadores o en ambientes cargados de humo. En sus intervenciones, insitió en que es muy malo para la salud.
Ana Isabel González, farmacéutica y jefa del servicio de Vigilancia Epidemiológica de Ourense, explicó que la ley tiene como objetivo fundamental salvaguardar la salud de la población, proteger al no fumador e intentar que los fumadores dejen el hábito. Explicó también que la reforma prevista, por lo que se conoce hasta el momento, ampliará los lugares donde no se puede fumar. En sus intervenciones, alegó que el tabaco está reconocido como una de las principales causas de mortalidad y defendió que se adopten medidas para evitar enfermedades que se pueden prevenir.
Celso Sánchez, médico de Atención Primaria en Coles, considera que la ley xa tivo un efecto moi importante de concienciación y existe un consenso social al respecto más amplio que en otras épocas. Además, señaló que permitió disminuir el índice de personas fumadoras, que en 2006 pasó del 25% ó 21%. Consideró, igualmente, que la ley no es prohibicionista, pero sí protege a los no fumadores y a los trabajadores, aunque opinó que si fuese más clara tendría un mayor apoyo. También señaló que o tabaquismo é un problema moi grave de saúde pública y una de las principales causas de muerte.
