Otro logro desbloqueado hacia el sueño de 2026

Recreación de la futura piscina en el patio.
photo_camera Recreación de la futura piscina en el patio.
Paso a paso, la Diputación va colocando los cimientos para afrontar la que será una auténtica revolución en sus casi 200 años de historia: mudarse de sede para que el Pazo Provincial dé paso a un hotel termal de lujo en pleno centro de la ciudad.

Algo más de dos años después de que el presidente de la Diputación, Manuel Baltar, desvelase en una entrevista con La Región que tenía entre manos la idea de transformar el Pazo Provincial en un hotel balneario de lujo, la ciudad de Ourense empieza la cuenta atrás para disponer por fin de una instalación que haga honor a su condición de Capital Termal.

Así, desde aquella primera prospección que avalaba la capacidad termal del subsuelo de la sede de la institución a la espera de estudios más ambiciosos y completos, los resultados conocidos ahora suponen un nuevo logro desbloqueado para cumplir en 2026 o 2027, como muy tarde, el sueño de que se materialice el proyecto.

Aunque la irrupción de la pandemia obligó a postergar -por una cuestión de prioridades- la tramitación, el pasado verano el proyecto regresaba a primera línea con las primeras catas elaboradas por Xeoaquis para comprobar la calidad de las aguas, que ya dejaban entrever que existe capacidad suficiente para surtir a la futura instalación, como también ha quedado acreditado en el último informe.

En paralelo, el gobierno provincial encargó el anteproyecto del gran hotel balneario y escogió su nombre, “Auria”. Concebido para ser “o máis innovador de Europa”, según Baltar, en noviembre se presentaban las líneas maestras de la actuación: un presupuesto de alrededor de 14 millones para un complejo cinco estrellas que tendría entre 52 y 71 habitaciones (de 102 a 140 plazas) y una amplia oferta termal y de ocio (una gran piscina cuadrada de inspiración romana rodeada por un circuito balneario con bañeras, saunas, cabinas de chorros, zonas para inhalación y descanso, espacio polivalente para albergar conciertos, presentaciones, conferencias o la terraza cubierta del restaurante.

Para encajar todo el puzle, sin embargo, también es necesario encontrar una ubicación alternativa para la Diputación. La antigua prisión provincial, un nuevo edificio junto al CHUO o aprovechar los edificios que dejará libre la Xunta tras hacer su nueva sede son algunas de las opciones barajadas por Baltar, aunque para no interferir el desarrollo del hotel balneario, el gobierno provincial tiene previsto recurrir a una localización temporal que será elegida en el primer semestre de este año. Una planificación dirigida en su totalidad a poner la alfombra roja para que el anhelo que germinó a finales de 2019 se materialice, a poder ser, en 2026.

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