Manuel Cabezas: "Existía un caldo de cultivo para este paso, no me gusta lo que veo"

Alejado de los focos desde febrero de 2007, cuando se formalizó su renuncia a la Alcaldía de Ourense tras 12 años de gobierno y tres mayorías absolutas, Manuel Jaime Cabezas Enríquez (Ourense, 1953) concede a La Región y Telemiño su primera entrevista como presidente del PP en la ciudad de Ourense y, oficiosamente, candidato a la Alcaldía. Apunta alto, ya que se propone recuperar la mayoría absoluta con una máxima, la de “no entrar en el campo embarrado” en el que, entiende, se ha convertido la política municipal. ¿Por qué este regreso? Llevaba meses escuchando a gente diciéndome que es una pena, que recuerdan nuestra época y que les gustaría que volviese para ver si Ourense recupera el tono. Genera satisfacción pero no inquietud hasta las últimas fechas, cuando intercambié opiniones con Feijóo, Baltar y Rueda y vimos entre todos la necesidad de hacer algo. Podía ponerme de perfil, pero siempre hay que afrontar retos y por eso di ese paso adelante, por ese caldo de cultivo que existía. Si vives tu ciudad y ves lo que pasa, te duele. ¿Llamarle 15 años después, recurrir al pasado, no es síntoma de que algo falla en la ciudad? No creo que sea una vuelta al pasado, es analizar el presente, pensar en un futuro, ver lo que se ha hecho bien, regular o mal y creer que se puede repetir un escenario en que Ourense ha progresado de una manera evidente. Creo que eso es lo que se busca, no una persona, sino que el trabajo de un equipo en la historia reciente se pueda reproducir, devolver ilusión. ¿Se siente como un clavo ardiendo al que se agarra el PP? No, no. Conmigo hubo un proyecto de ciudad. Eso a lo mejor sí es el clavo ardiendo al que se quiere agarrar la organización, tener un proyecto de ciudad que consiga que Ourense vuelva a coger ese tren del progreso del que se ha bajado. Llegó al 47% y casi 30.000 votantes. Asume el mando ahora con el PP en un 22% y algo más de 12.000. ¿Son posibles los números de aquella época? Sé que no es fácil porque en aquel momento uno de cada dos votantes votaron al PP, o a Manuel Cabezas. Es difícil ese resultado, pero no imposible. Esto no nace de ninguna ambición personal concreta que en aquel momento, con 41 años, sí podía existir. Ahora no tengo más objetivo que intentar recuperar ese espíritu que me encantaba, hacer de Ourense un proyecto de todos ya que ahora, a mi modo de ver, el campo político está muy embarrado. Cuando era alcalde, nos decían cómo había cambiado esta ciudad y el ourensano se sentía orgulloso de ella. Hoy no noto esa sensación. Habla de campo embarrado y el actual alcalde es experto en moverse ahí. Se pueden tener ideas, proyectos u objetivos distintos, pero lo que no se puede no tener es respeto. No quiero criticar a nadie, solo estoy tratando de hacer una crónica de lo que veo y no me gusta, me gustaría cambiarlo. En mi época, teníamos mayoría absoluta, pero hablábamos, discutíamos y cuando había que entenderse, lo hacíamos. El pragmatismo ideológico a nivel local evita hacer causa común de proyectos que a la vista de todos son necesarios y que hay que marcarse como objetivos. En ese campo embarrado yo no voy a entrar porque te atascas y no caminas. No parece fácil eso. Lo sé, porque veo en este momento la vida municipal y no soy ajeno a confrontaciones que he visto o me han trasladado. Vivir con eso es imposible, cuando alguien gasta energía en confrontar, desacreditar, injuriar, calumniar, insultar deja de tener energía para pensar en otras cosas, deshace las relaciones y no fomenta la convivencia. Eso es malo, no lleva a ningún sitio. Hay que apartar todo eso. No parece fácil sostener su discurso estando en el gobierno. ¿Habrá ruptura? Lo primero es destacar el papel del grupo municipal, porque gobernar en coalición en estas condiciones es tremendamente difícil. Han intentado desarrollar su labor con un gran desgaste, pero si no eres capaz en tus áreas de estar al 100%, si no llegas a esa idea de ciudad, si hay discontinuidad, es muy difícil. Hay que hacer una reflexión colectiva, nos reuniremos y veremos qué es lo mejor y qué decisión adoptar. Es difícil sostener un trabajo que no te lleve a donde quieres ir. En esa reflexión, ¿entra la opción de una moción de censura? No está en mi cabeza eso. Ni se me ha pasado por la imaginación. El guion parecía claro desde 2019. ¿Cómo vio el pacto inicial? El PP tiene vocación de gobierno y esa decisión no fue fácil, sino difícil. Lo que podía pasar se podía ver venir, pero la voluntad de querer hacer algo por la ciudad y tener responsabilidades estuvo ahí. No obstante, yo tengo otra manera de ver la política, entiendo la democracia como que el partido más votado debe asumir el gobierno. Si hay pactos que respeten la relación al 100%, se pueden dar, pero también creo, y se lo oí a Paco Rodríguez, que PP y PSOE tienen que dialogar. Ourense necesita un revulsivo general, por eso no entiendo que nos tiremos los trastos a la cabeza todos los días. Debe haber posiciones de diálogo entre PP y PSOE, grandes mayorías para abordar los problemas que tenemos y si de verdad Ourense es un proyecto de todos y nadie obtiene mayoría absoluta, un gran pacto entre ambos es absolutamente necesario. En aquel momento se hizo este pacto (con DO), no ha funcionado al 100% y hay que reflexionar sobre si son aconsejables o no. En este mandato el PP ya se fue una vez. ¿Fue un error volver? Lo que ha pasado no puede tener como consecuencia una lectura positiva. Empezamos con la coalición, rompemos, volvemos, hay injerencias. No es una forma de trabajo adecuada para obtener resultados óptimos. No solo lo pienso yo, sino muchísima gente. Las cosas no se han hecho al 100% correctas. ¿No teme un castigo del votante del PP por haber hecho alcalde a Jácome? ¿O una cara nueva como la suya puede amortiguarlo? Espero que no lo haya porque lo que hay que hacer intentar ver, aunque sé que es difícil, es la buenísima intención personal de los miembros del PP que han querido trabajar y hacer las cosas bien. No ha sido posible, ¿qué le vamos a hacer? Hemos perdido un tiempo maravilloso pero tampoco lo hubiésemos tenido de otra forma sin gobernar. Espero que la gente se ilusione cuando empecemos a poner encima de la mesa nuestros objetivos entre 2023 y 2027, cuando se introduzcan criterios de moderación, gestión, objetivos específicos. ¿Recuperará a compañeros del pasado? Pienso en Enrique Nóvoa “Poly” o Pepe Araújo. En el congreso cité nombres como el de Poly, Rodríguez Cid y otros a los que quiero recuperar no para un cargo orgánico pero sí para tener un grupo que me asesore y me lleve a equivocarme lo menos posible. No he pensado en la lista, no es momento. Sobre Pepe Araújo, es amigo mío, trabajó extraordinariamente bien y es muy aprovechable. Si me preguntas si me gustaría contar con él, me encantaría, pero está en otra organización y tampoco sé los pasos que quiere dar. No voy a forzar nada y lo respetaré siempre. Mencionó al exalcalde Paco Rodríguez. ¿El antes y después en Ourense fue con la Pokemon? Es una persona dialogante, reflexiva, escuchaba, se ocupaba de los problemas, intentó construir un proyecto de ciudad, lo hizo bien e injustamente, de manera inhumana, lo apartaron de la politica quienes utilizan la justicia, por eso reivindico su figura. Ahí sí se produjo un punto de inflexión, no solo desde el punto de vista político, sino también desde el de la administración. Usted acaba de salir absuelto de un proceso judicial, aunque aún no es firme. ¿Está tranquilo? He pasado ocho años muy complicados de una forma absolutamente injusta. Hemos visto todo este tiempo como muchos políticos han utilizado la justicia como arma política para atacar, desprestigiar o sacarte del medio. Luego, gracias a Dios, la justicia corrige eso, pero justicia retrasada, justicia denegada. Alguien a nivel personal (se refiere a la exedil socialista Áurea Soto) ha intentado desacreditarme, pero ha habido una sentencia inmaculada y ha puesto las cosas donde estaban. Claro que se sufre, pero esa etapa ha terminado absolutamente al 100%. Puedo señalar que en 12 años de vida municipal no ha habido nada ni nadie que judicialmente haya sido reprochado o sentenciado con algo acusatorio. Yo he vivido la consecuencia de aquellos que hacen del odio y el rencor su forma de vida. Yo no tengo odio ni rencor contra nadie, ni contra esa persona. Solo quiero mirar hacia adelante. Una de sus banderas al frente del Concello fue el Casco Vello. ¿Le preocupa su salud actual? Se ha dejado de mirar para el casco histórico, recuerdo el esfuerzo tremendo para conseguir el plan Urban en 1997 y empezar a recuperar, sobre todo, la parte hacia el Posío, la más degradada. Lo que hicimos en aquella época es lo que tenemos ahora, pero con deterioro. Y me da mucha pena, porque siempre dije que el Casco Vello era un motor y una carta de presentación. Veo que ha llegado el AVE y nadie ha montado un plan de promoción de la ciudad. ¿No creen en lo que tenemos? Hay que volverle a prestar una atención. ¿Y el termalismo? Había viajado a Japón y lo que hicimos en los márgenes de los ríos lo vi allí, lo intentamos copiar y creo que no lo hicimos mal. En 2005, cuando en As Burgas había un proyecto de un hotel balneario, el bipartito de la Xunta tomó una decisión para impedirlo declarando BIC la zona y yo dije que no se haría ese balneario, que pasarían 20 años y no tendríamos uno. Si en aquel momento se hubiese hecho, por mimetismo habría ahora dos o tres. Está muy bien lo que hicimos, pero hay que ir más allá y ya se debería haber hecho en 2007. ¿Cómo ve el proyecto en el Pazo Provincial? Me parece extraordinaria cualquier iniciativa que tenga ese objetivo, si es factible. Hacer balnearios en Ourense le puede dar el cambio definitivo como destino. Es absolutamente necesario pero no es fácil, por esa inseguridad jurídica que provoca no tener la base urbanística. ¿Se siente en cierta medida responsable por la anulación del PXOM que aprobaron en 2003? No, por una razón, ya que el problema no es que se suspenda, sino cómo se gestiona eso. Tendrían que haber tratado de exponer otra vez ese plan, que creo que era extraordinario, al público y si tienes criterios distintos puedes introducir cambios, pero utilizando lo que tienes. Esto no sucedió así, se esperó, se hicieron unas normas complementarias que recogían en esencia lo del 2003, que es lo que más me llama la atención, y se elaboró otro plan. Ahora, mi criterio es, siendo mucho peor el plan hecho por el PSOE, exponerlo al público, corregir los errores e intentar aprobarlo lo antes posible. ¿Cómo era su relación con funcionarios y técnicos? Ahora el Concello es una olla a presión. El trabajo que hicimos entre 1995 y 2007 se logró por un equipo político extraordinario y la maquinaria municipal de trabajo también era extraordinaria. Sin los funcionarios, es imposible un proyecto de ciudad, son esenciales. ¿Ve bien el proyecto de la intermodal y la integración del AVE con la variante? A lo mejor en esto soy un poco ácrata y no opino como el resto. Las estaciones son para coger el tren fácil, tener un transporte pegado, y no considero que deban ser un emblema, sino operativas y a la nuestra le faltan cosas. Además, divide el barrio, le pega un hachazo y hay que aprovechar la obra para revertirlo. En cuanto a la circunvalación, la inversión me parece desproporcionada porque las vías actuales no van a desaparecer Si esos recursos o parte los utilizásemos para integrar la entrada tratando de cerrar con sistemas modernos, y suavizar esa brecha que provoca la vía, sería más interesante. Habría que reflexionar.