Si las elecciones municipales se celebrasen este mes, y la reforma de la Ley Electoral General (Loreg) estuviese consumada, el censo de la provincia de Ourense tendría 79.195 electores potenciales menos.
No habrá que esperar, de todas formas, mucho tiempo para que este escenario se suscite, ya que cuando en el mes de mayo de 2011 se celebran los comicios locales, la reforma de la ley orgánica se habrá consumado, y la capacidad de los ciudadanos residentes en el exterior para votar alcalde habrá pasado a la historia. Cuando todo esto ocurra, los ourensanos inscritos en el Censo de Residentes en el Exterior (CERA) podrían superar los 84.000, siempre y cuando se mantenga el ritmo de crecimiento del último año. Hace justo un año, el CERA computaba 75.126 inscritos, según el Instituto Nacional de Estadística.
Sólo tres provincias en toda España tienen un mayor número de emigrantes en su censo electoral: Madrid con 167.468; A Coruña con 124.122 y Pontevedra con 103.009. No obstante, el peso porcentual de los emigrantes ourensanos en el conjunto del censo, es mayor que en el resto, al punto que representan el 28% de los 357.955 votantes con los que cuenta la provincia a 1 de mayo de 2010. En mayo de 2007, fecha de las últimas elecciones locales, estaban llamados a votar 70.640 emigrantes ourensanos, lo que da una idea de cómo se ha incrementado el electorado. Cosa muy distinta son los que ejercen su voto. Las características especiales en las que se ejercita este derecho en las municipales -cuando los interesados están obligados a realizar previamente una solicitud- rebaja su participación a cifras irrelevantes. Hace tres años, de las 225.557 papeletas depositadas en las urnas de la provincia, apenas 6.990 llegaron desde el extranjero, es decir, un exiguo tres por ciento.
La decisión adoptada el miércoles por la Comisión Institucional del Congreso, que de momento sólo aprobó un informe con propuestas para reformar la Loreg, deberá más adelante convertirse en una proposición de ley que se tramitará en las Cortes y que desembocará, si se cumplen los plazos previstos, en una reforma definitiva de la Ley Electoral a las puertas de las próximas elecciones municipales.
La idea de restringir el voto de los emigrantes en estos comicios -y poner condiciones al voto en las autonómica y las generales- ha conseguido poner de acuerdo a PSOE y PP, que históricamente se han acusado de no querer hacer nada por regular el voto exterior cuando han tenido la responsabilidad de gobernar. Por otra parte, y dado que la Loreg es una ley orgánica, cualquier cambio en la misma exige un amplio respaldo en las cámaras legislativas. Esta vez parece ser posible. De hecho, el informe aprobado en la comisión Constitucional, sólo halló el voto en contra de IU-ICV y la abstención de CC. Después de no pocas discusiones, una amplia mayoría parlamentaria ha coincidido en que actualmente, ha perdido sentido la capacidad de los emigrantes para incidir con su voto en una dinámica municipal a la que en un alto porcentaje son ajenos.
El informe aprobado en las Cortes recomienda, además de cambios en el voto, reducciones en los gastos electores y la desactivación del papel clave de los tránsfugas en las mociones de censura locales.
Sólo tres provincias en toda España tienen un mayor número de emigrantes en su censo electoral: Madrid con 167.468; A Coruña con 124.122 y Pontevedra con 103.009. No obstante, el peso porcentual de los emigrantes ourensanos en el conjunto del censo, es mayor que en el resto, al punto que representan el 28% de los 357.955 votantes con los que cuenta la provincia a 1 de mayo de 2010. En mayo de 2007, fecha de las últimas elecciones locales, estaban llamados a votar 70.640 emigrantes ourensanos, lo que da una idea de cómo se ha incrementado el electorado. Cosa muy distinta son los que ejercen su voto. Las características especiales en las que se ejercita este derecho en las municipales -cuando los interesados están obligados a realizar previamente una solicitud- rebaja su participación a cifras irrelevantes. Hace tres años, de las 225.557 papeletas depositadas en las urnas de la provincia, apenas 6.990 llegaron desde el extranjero, es decir, un exiguo tres por ciento.
La decisión adoptada el miércoles por la Comisión Institucional del Congreso, que de momento sólo aprobó un informe con propuestas para reformar la Loreg, deberá más adelante convertirse en una proposición de ley que se tramitará en las Cortes y que desembocará, si se cumplen los plazos previstos, en una reforma definitiva de la Ley Electoral a las puertas de las próximas elecciones municipales.
La idea de restringir el voto de los emigrantes en estos comicios -y poner condiciones al voto en las autonómica y las generales- ha conseguido poner de acuerdo a PSOE y PP, que históricamente se han acusado de no querer hacer nada por regular el voto exterior cuando han tenido la responsabilidad de gobernar. Por otra parte, y dado que la Loreg es una ley orgánica, cualquier cambio en la misma exige un amplio respaldo en las cámaras legislativas. Esta vez parece ser posible. De hecho, el informe aprobado en la comisión Constitucional, sólo halló el voto en contra de IU-ICV y la abstención de CC. Después de no pocas discusiones, una amplia mayoría parlamentaria ha coincidido en que actualmente, ha perdido sentido la capacidad de los emigrantes para incidir con su voto en una dinámica municipal a la que en un alto porcentaje son ajenos.
El informe aprobado en las Cortes recomienda, además de cambios en el voto, reducciones en los gastos electores y la desactivación del papel clave de los tránsfugas en las mociones de censura locales.
