FORMACIÓN

La Molinera inicia el viaje a 
la sociedad del conocimiento

Elsa Punset, Pablo González y Javier González participan hoy en la jornada de puertas abiertas

"Un viaje hacia la sociedad del conocimiento" es el que se iniciará hoy en La Molinera, situada en las riberas del Barbaña, un nuevo espacio de conocimiento abierto impulsado por el Concello de Ourense que aspira a convertirse en referente tecnológico. La primera actividad encaminada a conseguir este nuevo desafío será hoy con una jornada de puertas abiertas, en la que se podrá visitar de forma gratuita la exposición "A evolución de La Molinera".

Ya durante la sesión vespertina, a partir de las 18,00, se contará con la experiencia de tres reputados relatores en nuevas tecnologías de la talla del ingeniero ourensano Pablo González, que trabaja como diseñador en la multinacional Lego. También, con la participación de Javier González, director desde el 2011 de Citilab, el primer laboratorio ciudadano de Europa con características similares al ourensano, localizado en Cornellá. Ofrecerá una visión sobre la evolución de su espacio como centro de conocimiento, los proyectos que desarrolla y las tendencias que se observan a nivel social y tecnológico. Cerrará la sesión la filósofa Elsa Punset, hija del divulgador científico Eduardo Punset, con una ponencia en la que explicará la importancia de poner en marcha rutinas positivas para ser más feliz, que recoge en su última publicación "El libro de las pequeñas revoluciones".

La Molinera se presenta así como un centro digital de innovación para la difusión y el fomento de la sociedad del conocimiento; es decir, aquella que es capaz de poner su saber a disposición de un crecimiento inteligente y sostenible.

Javier González: "“Es necesario despertar vocaciones en ciencias y tecnología entre los jóvenes"

¿Qué es Citilab?

Es un laboratorio ciudadano que abrió sus puertas en 2007 en Cornellá de Llobregat, Barcelona, en el que la gente aprende a innovar; es decir, aquí la gente investiga y hace experimentos generando proyectos novedosos que tienen base tecnológica y que buscan tener un impacto en la sociedad. Para ello contamos con una superficie de 4.500 metros cuadrados en la que están instaladas 21 empresas. El objetivo es despertar vocaciones que tanto hacen falta en ciencias y tecnología para forjar la cultura del conocimiento.

¿Con qué perfil trabajan?

Con toda la población porque nuestro desafío es que no haya excluidos. Vienen desde niños de ocho años a trabajar con vocaciones científicas hasta abuelos de ochenta. Tenemos 8.000 socios, que representan el 10% de la población de Cornellá, y cada vez son más las personas que se animan a experimentar con la tecnología y la innovación.

¿Qué prototipos se han generado ya en su laboratorio?

Muy diversos. Tenemos casos de gente que se ha fabricado su propio dron o ejemplos de niños que en 48 horas fueron capaces de montar su propio videojuego. En cualquier caso, en nuestro centro trabajamos no tanto en el consumo de la tecnología sino en su creación. De hecho, venimos de una tradición en la que los usuarios se adaptaban a la tecnología y en la que no existe cultura de innovación para crearla nosotros. Por eso, nuestra filosofía consiste en despertar en los jóvenes vocaciones y dar soporte a los emprendedores en sus fases iniciales para que tengan apoyo en esos pasos en los que nadie les entiende.

Usted es director de Citilab desde 2011, ¿qué consejos dará hoy a su prima hermana, La Molinera? 

Intentaré que mi caso sirva para que La Molinera gane en tiempo y se erija como un centro tecnológico de referencia para que la sociedad y el tejido ourensano encuentre ahí un buen caldo de cultivo para promover sus iniciativas. Quizás no se trata de hacer cursos sino de que la gente tenga un proyecto motivacional y que el nuevo espacio, que tiene que aspirar a ser un facilitador, trabaje con nuestras seis competencias de innovación: creatividad, motivación, creatividad, compromiso, colaboración y las competencias ejecutivas

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