Un vecino de la calle Florentino Cuevillas ha emprendido una cruzada judicial contra el Concello por una multa que le impuso la Policía Local, al sancionarle cuando circulaba por el vial, peatonal, para guardar el coche en su garaje.

La multa de la discordia

Juan Manuel Álvarez, en la imagen, exhibe la denuncia que le fue impuesta a la entrada de la calle donde vive. (Foto: X. FARIÑAS)
Considera que fue una injusticia haber sido multado por circular con su coche por la calle Florentino Cuevillas de la ciudad, por la que sólo se puede transitar para acceder a garajes o a los vados de carga y descarga, cuando, precisamente, vive y tiene aparcamiento en ella.
Es el motivo que ha llevado a Juan Manuel Álvarez Rodríguez, un residente en el número 10 de este vial, a llevar ante un abogado la denuncia que recibió de la Policía Local por 'circular con el vehículo por la acera o zona peatonal' y a mandar al Consistorio ourensano en tres ocasiones -la última a través del letrado- escritos con alegaciones. El periplo burocrático que ahora vive, según dice, no cesará, dado que piensa 'llegar hasta el final' porque 'un ciudadano debe pagar las multas puestas justamente, pero no injusticias'.

Todo comenzó cuando recibió el pasado 3 de abril en su domicilio la primera notificación de la sanción. 'Podían haberse dado cuenta, por la dirección, de que resido en la calle, pero no fue así', relata con entereza. En ella se le comunicaba que debía efectuar un desembolso de 200 euros -con una bonificación del 50% si pagaba antes de finales de ese mes-. Justo al día siguiente decidió entregar un escrito en el Concello en el que adjuntó un certificado de empadronamiento, con el fin de conseguir su anulación. Su sorpresa fue máxima cuando, tal y como dice -al tiempo que exhibe la documentación- recibió un segundo escrito en el que se le indicaba un nuevo plazo para pagar la sanción. Decidió, nuevamente, presentar más alegaciones ante el Concello, al considerar que la multa era 'ilógica'. La correspondencia no cesó. Llegó a recibir un tercer documento de denuncia en su domicilio en el que ya se le instaba al pago íntegro de los 200 euros y, entonces, no dudó en llamar a la puerta de un abogado, que formuló otro escrito en el que incorporó, entre otra documentación, la escritura de compra de su piso. 'No es la sanción, es el hecho', repite una y otra vez para justificar que no parará hasta conseguir anular la multa. Asegura, al igual que indicaron desde el Consistorio, que no es necesaria la posesión de tarjeta de residencia alguna para acceder con coche a la zona. Es más, él mismo sostiene que 'ninguna persona de las comunidades de vecinos de la calle la tiene' e indica que algún agente con el talón de denuncias en mano se retractó de poner un multa a un vecino suyo 'al indicarle que vivía aquí, sin más'.

Desde el Consistorio aseguraron que la multa 'está bien puesta' aunque en otro momento precisaron, ante la causa por la que se produjo la sanción, que quizás 'un policía nuevo que no conoce a los residentes la puso'. En todo caso, le animan a recurrir.

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