Una empresa pavimenta los dos kilómetros del deteriorado firme

La N-525 recupera la capa de asfalto en Taboadela

Coches aguardan para circular por los carriles que ya fueron pavimentados. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
Los múltiples socavones que se suceden a lo largo de dos kilómetros de la carretera N-525, en Taboadela, desaparecerán. Una empresa comenzó a extender una capa de aglomerado en caliente a lo largo del tramo, que es utilizado a diario por numerosos conductores, sobre todo camioneros, para desplazarse desde el parque industrial de San Cibrao hasta Allariz, donde enlazan con la autovía Rías Baixas.
El asfaltado ya comenzó en la jornada del miércoles, afectando al carril de vehículos lentos. Los trabajos se realizaban ayer en el carril que conduce a Ourense.

El tramo fue perdiendo el firme tras quedar sin pavimentar en el año 2009, cuando el Ministerio de Fomento acometió una mejora de la carretera N-525, entre la ciudad y Allariz, con un presupuesto de más de 900.000 euros.

El trasiego de coches provocó que se formaran grandes socavones, que dificultaban la circulación y ocasionaban colisiones entre vehículos prácticamente todas las semanas, según Tráfico. De hecho, los responsables de Demarcación de Carreteras del Estado, ante el elevado número de siniestros, colocó varias señales de badenes para advertir a los conductores del firme irregular y de los socavones.

Pero no es esta la única obra en la zona, dado que hace poco más de un mes finalizaron los trabajados de consolidación de una ladera para evitar los desprendimientos de tierra hacia el vial.

Para fijar el terreno fueron construidos tres muros a base de bloques de granito a lo largo de unos 100 metros.

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