Tribunales

Niega una violación: dice que la víctima le envió un wasap con un corazón

Un teléfono móvil. (Foto: Unsplash)
photo_camera Un teléfono móvil. (Foto: Unsplash)
Asegura que poco después de que él se fuera a su casa y ella subiera a su piso le envió un wasap amigable: "que descanses", acompañado de un emoticono cariñoso

Rubén D.R. asegura que no obligó a su expareja, tal como ella sostiene, a hacerle una felación en el asiento de atrás de su coche en la Noche de Reyes de 2016. Y hasta precisa: "No hubo sexo oral, fue una relación sexual con penetración, pero consentida". Más aún, asegura que poco después de que él se fuera a su casa y ella subiera a su piso le envió un wuasap amigable: "que descanses", acompañado de un emoticono cariñoso (la cara que guiña un ojo y envía un beso con corazón).

Pero en el juicio que se celebró ayer en la Audiencia de Ourense a puerta de cerrada, la versión de la víctima fue muy distinta. La denunciante mantiene que ella regresaba a su casa a las seis de la mañana y que él la estaba esperando "para hablar". Se introdujo en el coche por miedo  -asegura que durante los casi 10 años de relación el inculpado la maltrató- y no pudo salir. Según describe, el inculpado accionó el bloqueo de las puertas del vehículo y la sujetó con fuerza por el cuello para que le hiciera la felación. 

El letrado de la acusación particular reconoce que su clienta envió el emoticono pero lo hizo "a modo de ironía" y por temor. El letrado asegura que los informes periciales son elocuentes  sobre el trastorno ansioso-depresivo que padece esta mujer, compatible con los hechos enjuiciados y el maltrato sufrido en la vida adulta e incluso durante la infancia (confesó a las psicólogas que su madre le golpeaba a los seis años la cabeza contra la pared si no sabía hacer divisiones).

La acusación particular insistió en que hay testigos que corroboran su versión (relató a tres amigos por wasap y una conversación que su expareja la agredió sexualmente). También expuso que en el Centro de Información Municipal ás Mulleres (CIMM) el investigado, tras los hechos, la abordó.

Tanto el fiscal como la acusación particular reclaman 12 años de prisión para Rubén D.R.: 10 por la agresión sexual y dos por amenazas, aplicando la agravante mixta de parentesco y la agravante de género. La indemnización por las secuelas la cifraron en 6.00 euros, además de la prohibición de acercarse a ella  a menos de 300 metros durante 13 años.

La denuncia la interpuso el 26 de abril cuando relató a la Policía que su expareja amenazaba con matar a su novio. A partir de ahí, tiró de la manta.



Amenazas con un cuchillo

La denunciante asegura que el 7 de enero de 2016  el inculpado se presentó por la mañana en la vivienda, aprovechando que el hijo que tienen en común no estaba, y la amenazó de muerte, incluso con un cuchillo cerca de la cara para que le entregase el móvil y así husmear su contenido. Esta situación intimidante, según la mujer, se prolongó desde la nueve de la mañana hasta cerca de las dos del mediodía.

El inculpado niega este incidente, asegurando que nunca iba a su casa por la mañana. Su abogado resaltó en su exposición las distintas fechas en las que ella situó las amenazas. "En la policía dijo el 18 de febrero, al día siguiente en el juzgado el 8 de febrero, ayer habló del 7 de enero y a un amiga le dijo el 9 de enero", aseguró. 

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