Nuria Álvarez: "Cada vez hay más casos graves de ansiedad entre los alumnos"

Nuria Álvarez, orientadora del IES As Lagoas.
photo_camera Nuria Álvarez, orientadora del IES As Lagoas.

Nuria Álvarez es orientadora en Ourense, concretamente en el IES As Lagoas

Los menores de edad tienen la posibilidad de recibir atención psicológica en los centros escolares, de mano de los orientadores. En el caso del IES As Lagoas de la ciudad, dos profesionales se encargan de cuidar la salud mental de los 800 estudiantes del instituto. Nuria Álvarez, una de ellas, da cuenta del incremento de la demanda en los últimos años, y también nombra el confinamiento como una de las causas del aumento de las patologías

¿Los alumnos acuden en busca de ayuda a su despacho?

Sí, acuden muchísimo. Hay alumnos que les cuesta más confiar en la otra persona y pedir ayuda, por lo que se acercan con dudas sobre su situación académica. Luego, cuando tienen confianza, ya nos preguntan sobre temas como la ansiedad, la depresión

¿A algunos les cuesta más?

Siempre hay algunos alumnos más tímidos, retraídos, que les da vergüenza. En ciertos casos detectamos que no se encuentran bien, que están solos en los pasillos, que no quieren bajar al recreo, hay un bajón a nivel académico… y acuden a nosotras. Otras veces, cuando algún profesor nos avisa de que puede estar pasando algo, intentamos contactar con ellos con la excusa de ver cómo les va el curso, para poder acercarnos.

La pandemia afectó, ¿pero hay más factores?

Claro. Al margen de la pandemia, que afectó mucho a nivel psicológico, hay dos factores fundamentales: el uso inadecuado de las nuevas tecnologías y redes sociales  y la baja tolerancia a la frustración. Es decir, no son capaces de encajar un fallo o un error, un suspenso o tener malos resultados académicos pueden desembocar en una crisis de ansiedad.

¿Qué explica la baja tolerancia a la frustración?

Puede deberse, en algunos casos, a una excesiva sobreprotección en algunas etapas anteriores. Las familias no lo hacen siendo conscientes de que no es positivo, pero es necesario ir dándoles responsabilidades y autonomía para que vayan acostumbrándose a los problemas de la vida diaria.

¿La ansiedad es común?

Sí, cada vez tenemos más casos graves de ansiedad entre el alumnado, las crisis son comunes sobre todo en Bachillerato. No saben cómo encajar un problema, aunque sea pequeño lo perciben como algo imposible de resolver y se desesperan. 

¿Cuáles son las consecuencias?

Cada vez hay más alumnos con dificultades para conciliar el sueño, con trastornos de la alimentación, alumnos medicados, conductas autolíticas, intentos de suicidio… Al final, todo lo que afecta al sistema nervioso termina saliendo por algún lado. 

Hace años, ¿era similar la situación?

No, antes era algo muy puntual, muy residual entre los estudiantes. Ahora mismo, el panorama es complicado y, creo, está empeorando.

Cuando detectan riesgos, ¿cómo actúan?

Acompañamos, informamos y establecemos un protocolo de vigilancia en el que todos los profesionales que estamos alrededor del alumno tenemos pautas, enviadas desde el departamento de Orientación. Intentamos hacer un seguimiento muy individualizado.

¿Hay un perfil mayoritario?

No,  al menos yo no veo un perfil determinado de qué alumnos pueden desarrollar este tipo de conductas. Cualquier tipo de estudiante, de cualquier familia, con distintos tipos de resultados académicos. De hecho, los alumnos con muy buenas notas se autoexigen mucho más. 

¿Cuál es el papel de las redes sociales en este aumento de patologías?

En una etapa tan importante como esta, en la que están desarrollando su propia personalidad, los ejemplos de las redes sociales son nefastos. Nos presentan ejemplos idealizados y vidas irreales, lo que hace que se formen una idea muy equivocada, inalcanzable.

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