La verbena volvió por todo lo alto a la ciudad. Poco antes de las cinco de la tarde de ayer, los primeros asistentes al Festival de Orquestas de Verbena hacían cola para disfrutar y bailar de siete horas de música. Mientras el Grupo Ritmo calentaba para salir a escena, el millar de ourensanos que acudieron a la cita empezaban a ocupar su lugar.
De niños a mayores, nadie quiso perderse esta iniciativa de la Axencia Galega das Industrias Culturais para ayudar a un sector que la pandemia dejó sin actividad. “Nos hacía falta dar caña y seguro que había ganas de fiesta”. Así comenzó el Grupo Ritmo a tocar, con la primera actuación a la que seguirían otras siete hasta la medianoche. Para aguantar todo ese tiempo, Lidia Seijo cargó baterías antes de salir de casa: “Ya me dormí la siesta por si acaso, vengo preparada”, bromeaba antes de entrar.
Seijo fue una de las mil personas asistentes que acudió a este evento: Aprovechamos que están aquí todas para pasar el domingo bailando”, reconoció. Y no fue la única. Muchos aprovecharon la ocasión para bailar pegaditos, eso sí, con la mascarilla puesta. Entre pasodoble y cumbia cayó la noche en Expourense, que pasó de vacunar a reunir a siete orquestas tocando a lo largo de todo el día.
Lorena Pérez no dudó en darlo todo sobre la pista, algo que esperaba con emoción. “Tiñamos moitas ganas de bailar coas orquestras. Botábanse de menos”, afirma. Hasta el recinto ferial también se acercaron algunos despistados que, sin entrada, no pudieron entrar con el aforo completo.
Leyendo La Región, Pablo se enteró de este festival de orquestas e inmediatamente quiso adquirir una de las mil entradas gratuitas. “Bótanse bastante de menos e isto é algo mellor ca nada. En todo este tempo non fun a ninguha”, aseguró. Además, se mostró agradecido de que se impulsen iniciativas de este tipo. Alejandro tuvo algo más de suerte y puso ver a alguna orquesta en este tiempo, pero pocas: “Son músico e algunha cadroume, pero non foron moitas”. Esta verbena, será la primera de muchas después del covid.
