Ourense atrae más gente que nunca

De récord. Así acabó el año 2020 en la provincia de Ourense en términos de población. Lo que era una sensación ha sido confirmado ahora por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El año pasado vinieron a vivir a la provincia de Ourense 14.142 personas y se marcharon 11.573, tanto a otras provincias españolas como al extranjero, lo que arroja un saldo migratorio positivo de 2.569 personas. Esta es la cifra más alta de la historia de la provincia de Ourense, el mejor saldo migratorio jamás registrado. Fue el más alto tanto a nivel interior (1.342) y exterior (1.227). SENSACIONES CONFIRMADAS Las restricciones por la pandemia espolearon a miles de ciudadanos a volver a tener contacto con sus raíces familiares, regresar al rural ourensano desde otras provincias o, directamente, trasladarse desde la ciudad, que sí tuvo un saldo migratorio negativo, hacia municipios mucho más pequeños. Los datos del INE lo corroboran. Un total de 76 de los 92 concellos ourensanos atrajeron más gente de la que vieron marcharse a lo largo de 2020, una cifra histórica en una provincia acostumbrada ya a ver la emigración como algo natural. Otros 4 se mantuvieron invariables, con las mismas altas que bajas, y solo 7 municipios vieron marcharse a más gente de la que vino a vivir. FUTURO INCIERTO Algo ha cambiado. Queda por ver si se consolida el efecto. En todo caso, este bum poblacional capitalizado por los pequeños concellos por el éxodo desde las ciudades, no significa que el declive del número de habitantes de la provincia consiga revertirse. Y es que la Estadística de Variaciones Residenciales mide solamente las altas y bajas del padrón que se deben a cambios de residencia, no a nacimientos o defunciones, por lo que queda por comprobar si llega para compensar la baja natalidad y alta mortalidad (saldo vegetativo negativo) que caracteriza a Ourense. Si no llega, el censo seguirá adelgazando. En cualquier caso, los datos difundidos por el INE ponen de manifiesto que Ourense atrae más población que nunca, lo que supone un cambio histórico de paradigma. Y lo que da la razón a los alcaldes del rural, que a lo largo de 2020 advertían de que algo se estaba cociendo y que las altas en el padrón eran constantes. Mucha gente con segundas residencias en los pueblos las estableció como vivienda habitual. Otros, directamente, se trasladaron al rural a empezar una nueva vida. LOS QUE NO GANARON Solo 4 concellos (Arnoia, Beade, Gomesende y O Bolo) no tuvieron variaciones residenciales, quedándose a 0 en el saldo migratorio anual. Y 7 cifras negativas. A la cabeza de ellas, la ciudad, que durante la pandemia sufrió un auténtico éxodo al rural. 3.883 personas se marcharon de la ciudad. De ellos, 2.230 se trasladaron a otros concellos de la provincia. Un total de 3.781 se dieron de alta en la ciudad, lo cual provocó un saldo negativo de 102 personas. Después de la ciudad, el saldo negativo más alto fue en Barbadás (-50), seguidos de A Bola (-14), Oímbra (-14), Carballeda de Valdeorras y Calvos de Randín (-9), Beariz (-5), Xunqueira de Espadanedo y Pontedeva (-3), Vilariño, Piñor y Avión (-1). LOS QUE MÁS El resto de municipios ourensanos consiguió cerrar 2020 en positivo, principalmente en los alrededores de la ciudad, motivado por la búsqueda de zonas verdes en pleno confinamiento domiciliario. Los que consiguieron atraer más población se aglutinan en el área metropolitana, salvo el caso de Allariz: Pereiro de Aguiar (227), seguido de San Cibrao (137), Nogueira de Ramuín (121), Allariz (97) y Coles (92).