La Audiencia de Ourense liberó a Flocea Ghenadie, presunto líder de contrabando de tabaco, después de su detención cerca de Lisboa, imponiéndole restricciones como no salir de España y presentarse semanalmente en el juzgado
Casi un mes después de que el Servicio de Extranjeros y Fronteras (SEF) hubiese detenido cerca de Lisboa a Flocea Ghenadie, alias “Borman”, “Daniel” o “Ghena”, el supuesto cabecilla de una organización dedicada al contrabando de tabaco, la Audiencia de Ourense lo dejó en libertad atendiendo a los argumentos de su abogado en la vista de apelación del auto de prisión provisional decretada por Instrucción 2 de Ourense el pasado 24 de octubre. Los jueces le impiden abandonar España -reside en Lisboa- y debe “fichar” todos los lunes en el juzgado de guardia.
Flocea, de nacionalidad moldava, quien compareció en la Audiencia con un traductor, está considerado el líder de una banda organizada que ya fue juzgada en junio de 2022, cuando el “jefe” estaba en busca y captura. Según la Fiscalía, el moldavo lideraba una fábrica ilegal de cigarros en Cambeo (Coles), donde fueron incautadas 150 toneladas de hoja y picadura junto con 250.000 cigarrillos etiquetados con la marca Marlboro, sin control sanitario ni fiscal, valorados en 21 millones de euros.
Operación Straperlo
La operación Straperlo, llevada a cabo por la Policía Judicial de la Guardia Civil de Ourense, Vigilancia Aduanera y el grupo Greco de la Policía Nacional en Cambeo, fueron detenidas 25 personas, aunque la fiscal, tras la instrucción, solo acusó a nueve. Solo siete de los nueve acusados fueron juzgados el año pasado y aceptaron dos años de cárcel. Dos de los investigados se habían dado a la fuga durante la instrucción. Tanto Flocea como Boris Stanilla no estaban tan siquiera encartados en el procedimiento porque cuando saltó la operación no fueron localizados. Desde entonces, pesaba sobre ellos una orden internacional de búsqueda. Precisamente, el letrado de “Borman” alegó ayer que su cliente no sabía que lo estaban buscando ni la actividad criminal imputada, un delito de contrabando.
La investigación policial que gravita en torno a la fábrica de Cambeo sostiene que había una organización estructurada, con ramificaciones internacionales, que empleaba mano de obra no regularizada, trabajadores captados en Ucrania antes de la guerra. Alguno de ellos, cuando entró la Guardia Civil, no sabía en qué país se encontraba. La picadura de liar llegaba desde diferentes países -Rumanía y Bulgaria- por vía terrestre mientras que en Cambeo se fabricaban y envasaban los cigarrillos con destino al mercado negro, el Reino Unido, fundamentalmente, en donde el negocio era más redondo por el elevado precio de la cajetilla (hasta 16 euros). Allí, según los investigadores, el tabaco llegaba por barco desde los puertos portugueses, menos vigilados que los españoles. No solo había centro de trabajo ilegal en Coles sino también en Ponteareas (Pontevedra) y Valladolid.
