La provincia de Ourense registró 34 muertes por incendios en viviendas en los últimos diez años. El incendio ocurrido este sábado en Covadonga, en el que perdieron la vida dos mujeres, Edilma y Valentina, fue el último con víctimas. Además, el pasado año también se dieron altas cifras de mortalidad, con cuatro víctimas, todas ellas de avanzada edad. Solo lo superan el 2020, con cinco fallecidos, y el 2013, en el que ocho personas perdieron la vida por incendios de esta tipología.
La mayoría de los incendios graves ocurren en la ciudad. Tal y como explica Jose Ramón Sánchez, exjefe del parque de bomberos, “el descuido es más común porque las personas están menos en casa. Es habitual dejar comida en el fuego, estufas encendidas o aparatos enchufados al irse a hacer la compra o salir al mediodía, algo que ocurre menos en el rural”, señala.
Según los datos de la Fundación Mapfre, las causas más probables de que se produzca un fuego son las sobrecargas eléctricas. También los fuegos directos (una comida, por ejemplo) o los aparatos de calor. Las colillas o la propia naturaleza (un rayo) son otras tipologías que pueden darse en la provincia. Por otra parte, en cuanto a los fallecidos, puede determinarse un perfil concreto: el de un hombre entre 85 y 89 años. También destacan los fallecidos, de entre 65 y 74 años, ya que los de menos edad son eventuales. Además, el 63% ocurren en horario diurno, entre las 8,00 horas y las 20,00, y los restantes por la noche.
Detectores
El presidente de la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos, Carlos Touriñán, explica que “es fundamental” potenciar la instalación de detectores de humo en las viviendas, unos electrodomésticos con un coste inferior a los 20 euros. “No frenan el fuego pero dan tiempo a escapar”, apunta. Por otra parte, puntualiza que en los últimos años, el salón se constituyó como la parte más peligrosa de las viviendas: “Con las campañas de concienciación, se tiene más cuidado en la cocina”, indica.
Sobrecarga
El grupo judicial de la Policía Nacional que investiga las causas del incendio en un piso del barrio de Covadonga basa sus pesquisas en la hipótesis del accidente doméstico, tal como reconoció anteayer a este diario el comisario jefe de la Policía Nacional, Juan Carlos Blázquez. Los hechos ocurrieron el sábado antes de las siete de la mañana, cuando todo el vecindario dormía y un repartidor de La Región avisó de las llamas. En este sentido, los familiares de ambas fallecidas confirman a este periódico que Valentina y Edilma les comentaron en alguna ocasión que pasaban frío y utilizaban algún tipo de calefactor eléctrico en el dormitorio. Tal y como explicaron fuentes policiales, la causa puede estar en alguna fuente de calor similar. Génesis Rodrigues, nuera de Valentina, apunta que “en una ocasión me comentó que por la temporada de frío tenía una pequeña calefacción para calentar la cama antes de dormir, pero ella estaba pendiente y la apagaba. Era muy precavida”.
En el caso de Edilma, su sobrino Rómulo explica desde Brasil que su tía le dijo que “no estaban usando el sistema de calefacción por ser muy cara”. Esta versión concuerda con la del vecindario, que mostró sus quejas por los altos precios de la misma, por lo que utilizaban calefactores eléctricos y aparatos similares.
