Pedro Araújo: “El consumo aquí es mayor porque el agua no solo tiene usos domésticos”

El profesor de Hidrología, Pedro Araújo (FOTO: ÓSCAR PINAL).
photo_camera El profesor de Hidrología, Pedro Araújo (FOTO: ÓSCAR PINAL).
Pedro Araújo es profesor de Hidrología de la UVigo en el Campus de Ourense y explica que la utilización irresponsable del agua, junto con redes de abastecimiento viejas y deterioradas, agravan todavía más una situación de sequía extrema

La ciudad y las villas consumen 50 millones de litros de agua al día, el doble de la media española. ¿Qué le parece este dato?

Imagino que lo que ocurre en las villas, y, en general, en una provincia rural como es Ourense, el consumo es mayor porque el agua no solo se utiliza para consumo doméstico. Buscando una explicación, es lo mismo que pasa con el reciclaje. No es cierto que en la provincia se recicle menos, porque en el campo ya se aprovechan los residuos orgánicos o el papel. No es que reciclemos menos, sino que reutilizamos más. En el caso del agua es cierto que hay un uso, en este caso inadecuado, en otras funciones para el que no están pensadas las traídas.

Y es más irresponsable en este tiempo de sequía.

El agua no desaparece. Hay gente que demanda para lo que está pensado: uso doméstico e higiene; y hay otros que lo gastan en llenar la piscina, en regar a diario… lo normal es que haya menos agua. En un momento de sequía, la disponibilidad para llenar los depósitos es menor, entonces es cuando se producen los problemas.

¿Es este mal uso el principal culpable de la falta de agua?

Hay muchos factores, aunque ese es uno de ellos y el más visible. Después está el invisible: las pérdidas de agua por la antiguedad de la red de servicio. Eso los ayuntamientos lo saben. Llevo todo el verano esperando a ver si alguno informaba de ello y me sorprende que ninguno haya reconocido problemas. Por ejemplo, en Ourense hay zonas en las que hay que rehacer la red porque está muy anticuada e imagino que tendrá muchas pérdidas. Además, las empresas de gestión tienen perfectamente contabilizada el agua se pierde en el sistema y son los ayuntamientos los que tienen que invertir en la red. En el caso de las villas, el incremento poblacional en verano afecta de forma muy importante y tensiona mucho el servicio porque hay un incremento exponencial. 

¿Son las captaciones vecinales un problema?

Cada concello tiene que dar un servicio. Puede haber alguno en el que tengan obras hidráulicas que den un buen servicio y otros en los que tendrán que resolver de otras maneras. Cualquier PXOM tiene que contemplar el volumen de agua que se espera tener en el concello. Esto dirá si tienes que tener uno o varios puntos de distribución. Hay que tener en cuenta que en Galicia hay mucha dispersión y las redes de drenaje tienen que adaptarse al terreno. Para un pueblo de 20 vecinos, con una pequeña captación es suficiente y evita traerla de cinco kilómetros más allá, que eso sí que es mucho gasto.

¿Cómo se puede paliar esta situación?

Básicamente con consumo responsable, mejorando las redes de distribución y esperando a que llueva. Todas las medidas que se adopten son para gestionar un recurso, si no tienes recurso no tienen sentido. Si el recurso no es suficiente, lo primero es hacer buenos estudios de necesidades, buscar ese volumen de agua, tener unos bosques bien desarrollados para rellenar de una mejor manera los acuíferos a través del suelo y, a partir de esa buena gestión y unas precipitaciones adecuadas, distribuirla de forma adecuada.

¿Tiene la sequía toda la culpa o también hacemos una gestión negligente?

En tiempos de abundancia, nadie se queja de como se hace el gasto; pero cuando hay necesidad es cuando se revisa y, en épocas de sequía es cuando se piensa en qué se podría gastar mejor, en medidas que se podrían haber tomado… Pero esto también sirve para empezar un planteamiento de futuro. En estos momentos tenemos un sistema que estamos estresando en algunas zonas por la falta de agua, pues habrá que hacer previsiones para el futuro y las inversiones necesarias. No solo vale con quedarse esperando a que llueva

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