Laza acogerá el sábado 23 la asamblea informativa de la Asociación Galega de Pesca Tradicional
Pescadores de Ourense, junto con los de Lugo, lideran la Asociación Galega de Pesca Tradicional. Un colectivo constituido a finales del año pasado para aportar soluciones ante los problemas que padecen los ríos gallegos y su población, a la vez que quieren visibilizar su disconformidad a la implantación - “de forma indiscriminada”, dicen-, de tramos de pesca sin muerte en los ríos gallegos, reivindicando “o dereito a pescar en tódalas augas continentais de Galicia, sen máis impedimentos que os de respectar a normativa de pesca en rigor”.
La temporada de pesca arrancará en Galicia este domingo y, para el sábado 23 de marzo, la asociación ha convocado ya la primera de las asambleas informativas en la provincia para darse a conocer. Será a las 19,00 horas, en el salón de actos del Concello de Laza. Una de las primeras demandas del colectivo es la reversión de los tramos libres de pesca sin muerte. Según datos que maneja la asociación, desde 2017, la provincia ha visto cómo se duplicaban los kilómetros de pesca sin muerte (de los 62 km en 2017 a 140 en 2023), una situación que “aboca á desaparición da pesca tradicional e aos pescadores, que se ven na obriga de colgar a caña antes de tempo”, comenta José Ramón Fernández, veterano pescador celanovés, presidente de la sociedad de pesca Puente Grande y secretario de la Asociación Galega de Pesca Tradicional, quien ponía de ejemplo la pérdida del río Ourille, afluente del Arnoia a su paso por los concellos de Verea, A Bola y Celanova.
En el conjunto del territorio gallego se ha pasado de 217 a 696 kilómetros de pesca sin muerte, en un intento por aumentar la riqueza piscícola “promovida por sectores da sociedade civil denominadas ONG de marcado carácter, autodenominadas ‘conservacionistas’, e tamén pola propia Consellería de Medio Ambiente”, señala el colectivo en un comunicado donde aseguran sentirse señalados -los pescadores de pesca tradicional- como “a causa efecto da continua merma das poboacións piscícolas” y obviando las problemáticas que afectan a los cauces fluviales como la calidad de las aguas, las especies invasoras como el cormorán o el visón americano o los obstáculos de remonte infranqueables, tanto naturales como artificiales.
Argumentos
Desde la asociación, donde también recordaban las medidas de carácter restrictivo tomadas hasta ahora “para a diminución da presenza dos homes e mulleres en acción de pesca, non se traduciu nun notable aumento da poboación piscícola nos nosos ríos… Polo que podemos deducir que as causas efecto de dito deterioro ten máis que ver con outros acontecementos que se dan dentro dos propios ecosistemas fluviais, que coa presenza dos pescadores tradicionais”, traslada.
La pesca tradicional, la de toda la vida que se viene trasmitiendo de generación en generación, señalan, es una actividad renovable que permite además un mantenimiento de los propios bosques de ribera. “Si botan aos pescadores do río, os tramos quedarán abandonados e, con eles, a maleza chegará aos leitos fluviais”, concluye Fernández.
