REPORTAJE

El pintor que nunca quiso vender un cuadro

Ourense. 20-09-2017. Artemio Barandela, pintor. Paz
photo_camera Artemio Barandela posando con alguna de sus obras, en su piso de O Pino. (J. PAZ)

A sus 94 años, Artemio Barandela pinta a diario. Lleva medio siglo dedicándose por completo a los pinceles pero el cariño por sus obras lo ha llevado a no vender ninguna. En su piso de O Pino atesora más de 300 cuadros.

La casa de Artemio Barandela podría ser considerada una galería de arte. A sus 94 años no ha vendido ninguna de sus obras, a pesar de haber dedicado buena parte de su vida al oficio de pintor. Sin embargo, ocasiones no le han faltado. Cuando uno le escucha hablar de las más de 300 obras que acumula en su casa en O Pino, en la ciudad, puede comprender que el cariño que le demuestra va más allá de un precio. 

"El que se hace artista es porque tiene inicios de nacimiento", explica Artemio que comenzó a dibujar cuando tenía 17 años, en el Seminario de Ourense. A los curas, con los que pasó tres años de su vida, le debe su gusto por la pintura realista. Continuó en la Escuela de Artes y Oficios hasta los 20 años, cuando se marchó al ejército. Después hizo las maletas y cruzó el charco rumbo a Argentina donde se establecería durante nueve años. Los siguientes 16 inviernos México fue su vía de escape a las revueltas que sacudían Argentina en la época de Juan Domingo Perón. Sin embargo, sería en EEUU donde encontraría el que fue su hogar durante casi medio siglo, hasta que hace tres meses se vino a Ourense con todos sus bártulos. 

Lo que comenzó como un pasatiempo pasó a ser su profesión al cumplir los 46, cuando ingresó en una universidad en EEUU para ampliar su formación como artista. Desde entonces pinta todos los días, domingos incluidos. " Y como afortunadamente no he tenido necesidad de vender mis obras puesto que comía de otra cosa, siempre las he conservado", relata el veterano pintor. 

Todas sus obras traen a su mente recuerdos. "No sé ni yo mismo el número exacto de obras que tengo - relata Artemio- le he tomado cariño a todas y cada una y, afortunadamente, no me he visto obligado a venderlas". Sin embargo, el veterano pintor describe su obra como "incompleta por falta de tiempo". Tuvo la oportunidad de "exponer varias veces en EEUU pero no he vendido ningún cuadro", aclara. A medida que transcurre la conversación, uno comprende que en realidad existieron potenciales compradores pero el apego de Artemio por sus cuadros siempre fue mayor que cualquier oferta. Se había acostumbrado a disfrutar de sus obras colgadas en su casa. 

Todo es susceptible de ser pintando con sus trazos, de ahí que decidiera plasmar los paisajes que le llaman la atención. Su vasta obra también la componen retratos e, incluso, la crítica social se hace arte en sus manos. Pero, sin lugar a dudas, su obra favorita es "un retrato de mi madre". 

El sueño del pintor Artemio, que está intentado exponer en el centro cultural Marcos Valcárcel, sería "abrir un pequeño museo y exhibir mi obra al público, pero la edad ya no me lo permite". 

Artemio se ganó la felicitación del expresidente Bush

A lo largo de su vida, Artemio ha coleccionado un sinfín de anécdotas. Cuando vivía en EEUU, un día decidió hacer un retrato de George W. Bush. Pintó su obra a partir de una fotografía del entonces presidente y se la envío. La sorpresa llegaría tras recibir una carta de agradecimiento por su trabajo de parte de Bush y su esposa, Laura.

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