La Policía no da abasto en Ourense frente a un botellón ya incontrolable

photo_camera Cientos de personas se lanzaron a las plazas de la Zona Vieja para reunirse con dudosas medidas de seguridad sanitaria. Alcohol, altavoces y multitudes sin distancia ocuparon el sábado la plaza de As Mercedes y o Ferro.
Los agentes de la Local impusieron sanciones hasta que la magnitud de la situación les superó

De botellón a macrobotellón. Ahora que la incidencia de casos covid en la ciudad está al alza -especialmente entre la gente menor de 40 años- y coincidiendo con la retirada de la mascarilla en espacios abiertos, cientos de personas se lanzaron a las plazas de la Zona Vieja para reunirse con dudosas medidas de seguridad sanitaria. Alcohol, altavoces y multitudes sin distancia ocuparon el sábado la plaza de As Mercedes y o Ferro. 

Los vecinos, exasperados, cambiaron desde hace semanas dormir por llamar a la Policía Local, un cuerpo que no da abasto. Si bien anteriormente podría bastar con su presencia para un desalojo, el sábado por la noche la fiesta continuó con agentes acomodados en las barandillas de la plaza. Tanto el viernes como el sábado intervinieron en más de 30 incidencias, casi todas por ruidos, botellones o una combinación de ambas. También acudieron más de doce veces a llamadas de vecinos que no podían dormir. Según asegura Telmo Ucha, concejal de Seguridad Ciudadana, “ambas noches se impusieron sanciones hasta que la acumulacion de incidencias que atender lo hizo imposible”, es decir, que el descontrol dejó en espera o desatendidos durante la noche incidencias y otros percances. 

Tres actuaciones

Según los registros, entre As Mercedes y O Ferro, las zonas más multitudinarias, solo se actuó en tres ocasiones. Sí preocupó a los agentes el horario de cierre de varios locales hosteleros a los que se les penalizó por no cumplir con el horario. Diego Novoa, encargado del Lío o del pub Keops dice haberse quedado “loco” al acudir el mismo a ver el botellón. “Un desastre, altavoces, gente por todas partes, alcohol…sobre todo por parte de las instituciones. Vienen a reñirme por ter una mesa de más y mientras permiten lo de As Merecedes”. Para Novoa, “lo del fin de semana fue una selva y si estuviese ya abierto el ocio nocturno no pasaría porque nosotros controlamos a la gente”, explica. También hace referencia al problema vecinal: “Que se permita esto también da pie a que se mee en la calle y similares”, señala el propietario de Lio. 

Javier Pardo, del Luxus, opina que “se isto xa era malo antes, en pandemia é peor. A xente non descansa, hai jaleo, contaxios,  e se a xente se acostumbra a esta práctica vai ser moi perxudicial. A Policía terá que estudar algunha forma diferente para intentar frenalo”. 

Con el objetivo de estudiar nuevas formas de actuación, dada la ineficacia de aparcar el coche en el perímetro de la plaza, el concejal de Seguridad Ciudadana propondrá hoy que en la Junta de Seguridad Local del próximo  7 de julio se trate de forma extraordinaria este tema, “con el fin de darle solución o reducir sus efectos conjuntamente con Policía Nacional”. Hasta entonces, las noches ourensanas seguirán siendo toledanas para los vecinos de As Mercedes y O Ferro. 

Carlos Rodríguez, de la Plataforma gallega Galicia de Noite, señala que “venimos denunciando desde hace tres semanas el botellón, pero este fin de semana fue brutal. Botellones de hasta 500 personas y sin medidas sanitarias, nos tememos que se vaya a elevar el número de contagios”, lamenta. Compara la realidad de las plazas en horario nocturno con lo sucedido en Mallorca y afirma que las autoridades “escurren el bulto y miran para otro lado”

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