El número dos de la lista del PP en la ciudad aspira a seguir gobernando pero con una solidez mayor, reivindicando la etapa de Manuel Cabezas como ejemplo de cómo es un gobierno con mayoría
Emprendedor desde joven, tiene diferentes empresas por España, fue el fundador de CIMO y es presidente de la Red española de entidades por el empleo. Se reconoce en los empresarios que se quejan por las trabas. "Me han dado hasta en el carné de identidad. Los empresarios a veces estamos hartos de esa presunción de impresentabilidad", dice. Cree que es hora de darle un gobierno sólido a Ourense –"el PP tiene una lista muy buena, con mezcla de renovación y experiencia"–, e invita a los ciudadanos a que "recuerden los mandatos de Manuel Cabezas y qué se puede hacer con mayoría".
¿Por qué ha dado el paso?
A los 23 años tuve actividad en las juventudes socialistas, y después me dediqué a mi vida empresarial. Creo que es un buen proceso, casi sano, que en la juventud uno tenga inquietudes sociales y políticas, que luego se desarrolle profesionalmente y, cuando llega una edad, se dedique a la política. Me preocupan los que empiezan en política y continúan, continúan... eso es malo para ellos y para la política. Sin dar lecciones, creo que mi proceso es recomendable. Hay que llegar a la política tras haber pagado nóminas.
¿Por qué el PP?
Sintonizo con este partido, soy votante desde hace 20 años. Soy liberal. He tenido el honor de que me llamaran los responsables máximos del partido. Tuvimos conversaciones durante meses, la última con Feijóo, que fue algo esencial.
¿No fue fácil dar el paso?
Tengo empresas, tengo que organizarme y lo he meditado mucho, no por sintonía ideológica, sino por el tiempo. Me asustaba, pero será cuestión de delegar. ¿Desafección política? La ciudadanía no tiene un divorcio irreversible, se ve en la participación. Hay una separación, pero de ahí se puede pasar al divorcio o volver al amor.
¿Cómo está Ourense tras estos cuatro años de mandato?
La ciudad lleva dos mandatos renqueando, la Corporación ha renqueado y ha cundido el desánimo. La anterior fue catastrófica, acabó como acabó, y en esta ha habido una situación complicada, así lo decidieron los ciudadanos. Los administradores de la cosa pública tienen que acertar todos los días, pero los ciudadanos una vez cada cuatro años. Ahora hay que acertar, ver lo que significa para una ciudad tener un gobierno en minoría. La sociedad es sabia y tiene que acertar. Y después nos tiene que exigir a nosotros que acertemos el resto de los días. El acierto sería permitir un gobierno sólido tras ocho años renqueando.
Si el PP sigue gobernando, ¿ha de darse un nuevo ritmo?
Evidentemente que hay que hacer más. Como he dicho, hemos estado renqueando. Me parece infinitamente mejor este último mandato que el precedente, pero es mejorable. Y creo que para eso Jesús Vázquez ha renovado el equipo. Ourense tiene en su reciente historia ejemplos de cómo se pueden hacer las cosas bien, y un referente incuestionable es Manuel Cabezas. Necesitamos que a Jesús Vázquez le otorguen el respaldo suficiente para seguir esa senda. Habrá que juzgarle cuando le demos todas las herramientas.
¿Habrá más entendimiento?
Acabo de llegar y mi compromiso es dialogar con todo el mundo, sin líneas rojas. En mis negocios hablo con todo el mundo, también con la competencia. La ciudadanía ve con perplejidad lo que ocurre. Hay que dignificar el Concello, los plenos han de desarrollarse con el mínimo decoro, no se pueden tomar a cachondeo. Llevamos dos mandatos con un galimatías diario.
¿Qué le diría al votante de centroderecha tras la dispersión vista en las generales?
El voto de centroderecha no ha caído, se ha fragmentado. Y la ciudadanía ha de analizar lo que ha pasado y debe decidir.
¿En qué pilares ha de asentarse el futuro de la ciudad?
El termalismo es uno, el turismo es otro. Tenemos que ser referentes con la llegada del AVE, hay que mimar también mucho las infraestructuras. Soy liberal y soy partidario de un Concello que se dedique a pocas cosas, a lo que tiene que hacer, pero bien. Las administraciones no son pastores de ningún rebaño.
