‘Los políticos dejaron de venir y los emigrantes se sienten despreciados'

Desde la Casa de Ourense en Argentina, Alfredo Enríquez Badas lamenta la situación que atraviesa la emigración gallega desde que fuese reducido su derecho a voto. Tras abandonar el PP y desde la militancia en SCD, analiza la política actual.

¿En qué situación está la emigración gallega en Argentina?
Ha ido evolucionando y la evolución no siempre es positiva. La emigración ourensana era la mejor tratada de toda Galicia, los alcaldes estaban al tanto de lo que sucedía con sus vecinos y teníamos a José Luis Baltar, un dirigente con mayúsculas. Hoy, lamentablemente para todos, nadie se ocupa de nosotros. Con el tiempo fuimos viendo cómo nos quitaban los derechos para no depender de nosotros. La reforma de la LORE fue una vergüenza porque acordaron sacarse de encima responsabilidades humanas. Nosotros no queremos dinero, sino reconocimiento porque somos tan españoles como los que están ahí y ya no somos bien tratados. En Semana Santa, hubo terribles inundaciones en las que cinco familias ourensanas perdieron absolutamente todo y yo me avergüenzo de estos dirigentes que ni llamaron por teléfono.

Pasan los años, ¿pero permanece intacto el amor por la tierra?
Antes muertos que perderlo. Le dedicamos todos los días un espacio de nuestras vidas a Galicia. Es algo que nos pertenece a todos. Ahí, que sólo piensan en dinero, deberían darse cuenta de cuánto ha perdido Galicia por estas medidas dictatoriales. La gente dice que no va porque ya no les quieren y eso repercute. ¿Cuánto dinero ingresaban en verano? Que averigüen cómo ha bajado en los últimos cinco años. Y si yo no tengo una relación de amor por Galicia pasaría mis veranos en el Caribe, que me sale más barato. Son ineptos, sólo los movía una intencionalidad política y esto es lo que ha pasado.

¿Entonces la supresión del derecho a voto afectó a las relaciones?
Muchísimo. Desde entonces todo cambió. Los alcaldes venían y lloraban junto a nosotros, pero dejaron de venir. La gente de aquí se siente despreciada. Si hoy viene Feijóo a Argentina, ni lo saludan.

Pero tendrán que volver a mirar hacia ahí porque cada vez más gente sale de España. Ustedes que tuvieron que emigrar, ¿cómo ven que la historia se repita?
Con mucho dolor. Nosotros vinimos porque teníamos hambre. Nuestra valija estaba vacía pero teníamos la esperanza de salir adelante pensando siempre en nuestra tierra. Mi padre hacía tres trabajos y un sueldo entero iba para Galicia. Somos lo mismo por más que estemos a 12.000 kilómetros. Otra vez se va a quedar la sociedad gallega sin hijos y no es culpa de quien busca la oportunidad de vivir mejor. Los gobiernos no tienen creatividad, no están preparados para manejar esto.

¿Cómo está viendo la emigración gallega la política actual?
Hemos tenido dos etapas. La primera con Manuel Fraga; era una persona creíble porque si no había dinero te miraba a los ojos y te lo decía. José Luis Baltar siempre atendía los problemas de los ourensanos. La política entonces tenía que ver con la gente y hoy nos quieren robar la dignidad. La delegación de la Xunta aquí es un lugar para tomar café, no hace absolutamente nada. Yo renuncié hace año y medio al PP porque veía venir todo esto. Fui elegido dos veces concejal por la gente, estuve en la lista de diputados autonómicos y me pagué mi billete para decirle a Feijóo que, de la forma en que lleva las cosas, yo no participo. Lo más importante son los valores y la gente a la que veo todos los días. Y esto lo aprendí de Fraga y José Luis Baltar. Todo el mundo cree que los emigrantes van a pedir y lo que van es a dar.

¿Cambiará la situación?
Por supuesto. La esperanza no la vamos a perder nunca. Vamos a luchar para reivindicar los derechos que nos han quitado. Es cuestión de tiempo y la gente es la que tiene el poder para hacerlo. No vamos a claudicar jamás porque somos gallegos de primera y lucharemos para que España mejore. Estamos fuera porque la situación nos obligó, y que eso nos haga perder los derechos es muy triste. El Estatuto de la ciudadanía reconoce que España se industrializó gracias a los emigrantes, no me lo estoy inventando yo.

¿Y la percepción es generalizada en otros países?
Yo tengo contacto con gallegos de todo el mundo y esta es la percepción general. Nos sentimos desprotegidos.

¿Tienen razón quienes comparan la situación española actual con la Argentina del año 2000?
Entonces hubo un debacle económico por corrupción institucional acumulada, el banco se apoderó del dinero de la gente, se violó la propiedad privada y todos los derechos constitucionales. Estoy hablando de Argentina, pero pensará que hablo de España. No estamos lejos de esa situación. Muchos se tuvieron que ir. La diligencia no estaba a la altura de las circunstancias porque pedían dinero para los bancos, no para la gente. Esto ocurre también en España y no es casualidad.

Por hablar de algo más optimista, ¿cómo está funcionando la Casa de Ourense?
Es una institución que alberga a más de 4.400 gallegos, ya no sólo ourensanos. Está abierta todos los días, dentro tenemos muchísimas actividades culturales y ayudamos a los que tienen problemas. Ahora tenemos un hogar de ancianos con 14 personas que no recibe ninguna ayuda. El dinero que tenemos sale de nosotros, pero tampoco queremos que nos lo dé nadie, sólo que la Xunta nos reconozca como institución. La Diputación le ha dado la espalda a la Casa de Ourense porque ya no está José Luis Baltar. Feijóo se ha olvidado de que existe Ourense en Argentina porque pensamos diferente.

Y a nivel particular, ¿cómo está su situación en Bande?
Lamentablemente fallecieron dos excelentes personas y yo tendría que asumir mi acta como concejal. Tengo más dignidad de la que muchos creen y lo más correcto me parece que la gente me vuelva a elegir en las próximas elecciones con el partido en el que yo decido participar. SCD va a dar pelea en Bande y en los 92 ayuntamientos. Yo siempre estaré ligado a la gente, mi responsabilidad es con ellos y no con las marcas.n

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