RELIGIÓN

La procesión del Corpus desató una lluvia de pétalos

photo_camera Paso de la procesión del Corpus Christi por la calle Santo Domingo, a la altura de Santa Eufemia del Centro.

Cientos de feligreses renovaron la tradición religiosa recorriendo el centro de la ciudad

A las 11,00 horas partía de la puerta de la Catedral abierta a la calle Lepanto la comitiva de la procesión del Corpus Christi, con los jóvenes de preparatorio de la Real Banda de Gaitas de la Diputación abriendo la marcha. Los músicos desplegaron parte de su repertorio a lo largo del recorrido (la danza procesional de la Iglesia de Xuvencos, la danza procesional de San Benito y el himno del Antiguo Reino de Galicia, que marcó el tramo final de la marcha).

Tras ellos, los representantes de las diversas cofradías (Nuestra Señora del Rosario, Nuestra Señora del Carmen, Corazón Eucarístico de Jesús, Adoración Nocturna, antiguos alumnos de Salesianos...); el obispo de Ourense, Leonardo Lemos, acompañado de los sacerdotes de la diócesis; las autoridades civiles, con el subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, al frente y el edil socialista José Ángel Vázquez Barquero portando el estandarte de la ciudad, y como elemento central de la comitiva, la custodia del Corpus Christi, a cuyo paso, los numerosos fieles congregados a lo largo del recorrido, arrojaban pétalos de flores -los menos- o inmortalizaban el momento por medio de una fotografía o un vídeo.

La comitiva avanzó por la calle Santo Domingo para rodear el Parque de San Lázaro y retornar a la Praza Mayor por la calle Paseo. Frente al Consistorio, el grupo de danza de Queixumes dos Pinos ofreció un baile, seguido con expectación por los numerosos fieles y también curiosos que, desde las terrazas de los alrededores, observaban sus evoluciones, al tiempo que disfrutaban su refresco del aperitivo.

El deán de la Catedral, José Pérez Domínguez, fue el encargado de leer la oración desde la escalinata del Concello, recordando que "en esta adoración sentimos que este nuevo cuerpo es toda la Iglesia, que hoy te adora".

Seguidamente, y tras quedar en la Praza Maior los miembros de la Corporación municipal, junto con el alcalde de la ciudad, Agustín Fernández, continuó la procesión hasta la Praza de San Martiño, en cuya escalinata hasta la Catedral, el obispo ofreció la bendición a todos los fieles allí congregados, que aguantaron con devoción un sol de justicia, que acompañó todo el recorrido.

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