Las procesiones del viernes llenaron de fieles las calles. En la Catedral, durante la homilía, el obispo, Luis Quinteiro, rechazó el aborto al afirmar que Jesús muere en el embrión y en el feto, eliminados en aras de una falsa libertad de la mujer.
El obispo de Ourense, Luis Quinteiro, celebró el viernes la Pasión en el primer templo diocesano acompañado por el Cabildo. A las 9 de la noche salió la procesión del Santo Entierro que congregó a millares de ourensanos tanto en las aceras del recorrido como al final en la Plaza Mayor. Asistieron el presidente de la Diputación, José Luis Baltar, entre otras autoridades, así como la Corporación local con su alcalde, Francisco Rodríguez, a la cabeza, y varios concejales del PSOE y del PP.
El sábado a las siete de la mañana desfiló la procesión de La Soledad o de Os Caladiños, que congregó a numerosos fieles, lo mismo que el Vía Crucis posterior, con sermón de Aurelio Gil. Ayer también, desde las 10 de la noche se celebraba la Vigilia Pascual en la Catedral.
En su homilía del Viernes Santo, Quinteiro se refirió al misterio de la Cruz, que encierra el grito de tantos hombres y mujeres justas que sufren por ser fieles a Dios y siembran amor a los hombres. Es el grito de tantas madres que ven morir de hambre a sus hijos sin poder remediarlo, el grito de tantos hombres y mujeres que con profunda valoración de la vida humana, deben soportar con dolor la plaga del aborto en el mundo; el grito de las per sonas santas que sufren el desgarro de la droga en tantos hombres, la plaga del sida en otros, el tráfico de la mujer, el abuso inhumano de tantos niños, de una educación manipulada de niños y jóvenes, de la violencia de la guerra, de la calumnia, la mentira, el enriquecimiento injusto y el despilfarro de muchos. Y añadió, en referencia al aborto, que rechazó: Jesús muere en el embrión y en el feto, que son eliminados en aras de una falsa libertad de la mujer o de una ideología que llama progreso a la cultura de la muerte.
Por eso, dijo, Jesús en la cruz es paradigma de los acusados injustamente, de los torturados por razones de raza o religión, de los prófugos y exilados, de los perseguidos, de los encarcelados injustamente.
Hoy se cierra la Semana Santa con la Misa de Resurrección, en la Catedral.
El sábado a las siete de la mañana desfiló la procesión de La Soledad o de Os Caladiños, que congregó a numerosos fieles, lo mismo que el Vía Crucis posterior, con sermón de Aurelio Gil. Ayer también, desde las 10 de la noche se celebraba la Vigilia Pascual en la Catedral.
En su homilía del Viernes Santo, Quinteiro se refirió al misterio de la Cruz, que encierra el grito de tantos hombres y mujeres justas que sufren por ser fieles a Dios y siembran amor a los hombres. Es el grito de tantas madres que ven morir de hambre a sus hijos sin poder remediarlo, el grito de tantos hombres y mujeres que con profunda valoración de la vida humana, deben soportar con dolor la plaga del aborto en el mundo; el grito de las per sonas santas que sufren el desgarro de la droga en tantos hombres, la plaga del sida en otros, el tráfico de la mujer, el abuso inhumano de tantos niños, de una educación manipulada de niños y jóvenes, de la violencia de la guerra, de la calumnia, la mentira, el enriquecimiento injusto y el despilfarro de muchos. Y añadió, en referencia al aborto, que rechazó: Jesús muere en el embrión y en el feto, que son eliminados en aras de una falsa libertad de la mujer o de una ideología que llama progreso a la cultura de la muerte.
Por eso, dijo, Jesús en la cruz es paradigma de los acusados injustamente, de los torturados por razones de raza o religión, de los prófugos y exilados, de los perseguidos, de los encarcelados injustamente.
Hoy se cierra la Semana Santa con la Misa de Resurrección, en la Catedral.
