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Los profesionales al sol: "Aprovechamos los minutos para tomar un trago de agua”

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No todos los ourensanos puede escaparse a la playa o ir tomar algo a una terraza para evitar la ola de calor. A ellos, les ha pillado trabajando 

Concha González (Pulpeira): "Estoy acostumbrada, pero sí creo que hace más calor que antes”

Concha González Hermida, de 70 años, lleva toda su vida al pie del caldero de cobre, elaborando el pulpo "a feira". Señala que "calor pasamos como cualquiera" y recuerda que "hace años estábamos con la leña al fuego al lado para calentar el pulpo y pegando el sol, y había que tirar; cada uno en su oficio tiene que tirar con lo que hay". Cuando se le pregunta que si con este calor tan fuerte del fin de semana se suda, no duda en responder que "ya le llega".

Concha empezó a trabajar como pulpeira a los 12 años y sí que tiene una cosa clara: "Este calor que tenemos ahora por estas fechas sí que no lo había antes". Y añade: "Hace años se hablaba de 30 grados y era mucho calor; ahora llegamos a los 40 y se empieza a ver normal". Por otra parte, apunta que "aquí en la feria corre el aire, lo malo es en la ciudad, con el calor del asfalto".

Carlos Abadín (Socorrista): “Nos turnamos con la enfermería, que es donde hay sombra”

Carlos Abadín Pato, de 26 años, está estudiando "y durante los veranos aprovecho para trabajar como socorrista; llevo cinco años en las piscinas de Oira". Cuando se le pregunta por su sistema para aguantar el calor, señala que "nos vamos turnando con la enfermería, que es el único sitio donde hay sombra y es siempre el más cotizado; lo echamos a suertes".

Tienen que estar todo el día pendientes de lo que pueda pasar en la piscina, lo que les lleva a "alternarnos, dándonos un baño de vez en cuando para hidratarnos, mientras el resto vigila". Y también refrescándose por dentro: "Tenemos un problema y es que no hay frigorífico y las botellas que llevamos se calientan rápido, pero dos botellas, mínimo, nos tomamos por jornada", señala, mientras se seca con una toalla tras darse el primer baño del largo día.

Maribel González (Heladera): “Echamos de menos el toldo que nos obligaron a quitar”

Maribel González es la dueña de la cafetería y heladería Milucho. Asegura que el trabajo se lleva "bien", aunque sea con calor; eso sí, matiza que "no queda otra".

Entiende que es un trabajo y recuerda que "otros están arreglando obras o carreteras a pleno sol, así que no podemos quejarnos".

Por otra parte, asegura que "este tramo de la calle Paseo siempre fue muy fresquito, si uno se va un poco más allá o a la Praza Maior, ya la cosa cambia".

En todo caso, sí que tiene una queja y es referente a la actual normativa de veladores. "Echamos de menos el toldo que nos obligaron a quitar por parte del Concello, porque nos restaba bastante calor en el establecimiento", señala. En la actualidad, las sombrillas sustituyen a ese tradicional toldo del local.

Shanemm Alpire (camarera):“Aprovechamos los minutos para tomar un trago de agua”

Shannem Alpire, de 21 años, trabaja como camarera en el café La Coruñesa, en el centro de la ciudad, y tiene que atender una amplia terraza a pleno sol, tan sólo cubierta por algunas sombrillas. "La verdad es que es un continuo ir y venir, y el uniforme tampoco ayuda", explica, mientras sirve el café en una mesa a media mañana. El turno es de ocho horas y no duda en señalar que "ni con el aire acondicionado de dentro se resiste cuando suben así las temperaturas, porque tenemos que estar  atendiendo la vajilla y todo suma".

Cuando se le dice que va a subir más el termómetro, recuerda que "ya el viernes sentí muchísimo el calor". ¿El remedio? "Aprovechamos los minutos libres para tomar agua". Y al llegar a casa, "lo primero, una ducha fría".

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