La prostitución se exhibía mayoritariamente hasta el pasado mes de marzo en la carretera N-532 (Verín-frontera lusa), en clubes de la ciudad, Valdeorras, Xinzo, carretera N-525, en Coles y Maside, entre otros lugares, pero el coronavirus parece que la borró de la faz de la tierra. En un viaje por algunos de los bares de alterne no se ven ninguna de la mujeres que ofrecían sus servicios sexuales.
Este periódico localizó a algunas de las que trabajan en la comarca de Monterrei y A Limia y todas coinciden en que están confinadas en sus casas como el resto de población. Esther A. es natural de Colombia y lleva cinco años ejerciendo el oficio en la provincia y recuerda que nunca se enfrentó a un situación similar. "Hay gente que ya está pasando hambre. Si no trabajas no tienes dinero para pagar el alquiler y comida. Las prostitutas también tenemos gastos. Las hay con hipotecas y con deudas de dinero, que si no zanjas se incrementa", lamenta.
Mónica V. es brasileña y comparte el argumento de su compañera. "En un principio busqué mis clientes en internet, pero la gente tiene miedo al contagio", afirma. El alojamiento y la manutención es lo que más preocupa a ambas. "Es duro no tener que comer y estar en la calle", relata Esther.
La medida anunciada por el Ministerio de Igualdad de conceder un ingreso mínimo vital a mujeres víctimas de trata y explotación sexual, además de prostitutas en extrema vulnerabilidad, fue bien recibida porque servirá para aliviar la situación de muchas mujeres. "Pero lo que hace falta es que reconozcan nuestros derechos laborales. Las hay que estuvieron trabajando años en bares y de repente de patitas en la calle, sin poder acogerte a ninguna ayuda", asegura otra de las mujeres que ejerce por su cuenta en Verín, Tania A.
La prostitución no es considerada un trabajo en España, tal y como confirmó una sentencia de la Audiencia Nacional de finales de 2018. Tania A. recuerda que los bares de alterne están cerrados, pero hay mujeres que se quedaron a vivir en las instalaciones. "No tienen a donde ir y además algunas adeudan dinero y deben saldar la cuenta, lo que está aún haciendo más grave su situación", lamenta, puntualizando que lo que hace falta son derechos, legalizar la situación laboral de cada una de las prostitutas.
Recuerda que siempre habrá mujeres que se prostituyan, incluso durante la actual situación, con el consiguiente riesgo de ser contagiadas, "porque la necesidad las asfixia, tienen que llevar dinero a su casa", añade Tania A.
Este extremo no fue confirmado por las fuerzas de seguridad argumentando que de detectar algún casó sería sancionado.
Cáritas detectó un aumento en peticiones de ayuda económica y comida
El mundo de la prostitución es cerrado en circunstancias normales, pero el coronavirus lo mantiene completamente sepultado. Los bares de alterne están cerrados y sus gerentes ni quieren hablar de la situación. Asociaciones como Cruz Roja, Médicos del Mundo, Fundación Amaranta y las monjas Adoratrices de Ourense se ocupan de las prostitutas argumentando que son "vulnerables" pero la mayor parte de sus esfuerzos se centran en socorrer a mujeres que intentan abandonar el oficio o fueron víctimas de trata. Eso sí, todos coinciden en que la concesión de un ingreso mínimo para las prostitutas "es fundamental frente a la pandemia", aseguraron en Médicos del Mundo, que está gestionando repartos de comida con los bancos de alimentos. En las dependencias de Cáritas en la ciudad también se detectó un aumento de mujeres en busca de ayuda para pago de alquiler, ropa y comida.
La medida del Gobierno central suscitó numerosos interrogantes. El primero donde realizar los trámites y que requisitos son necesarios para percibir el rendimiento mínimo vital. Muchas de las mujeres que ejercen en Ourense se están sumando al Colectivo de Prostitutas de Sevilla -uno de los más activos en reivindicar sus derechos laborales- para recabar información y ayuda. Esta asociación recaudó a través de una aplicación social 14.000 euros para socorrer casos emergentes en todo el territorio.
