La acumulación de basura y escombros en esta zona de la ciudad se repite después de un año

Protesta vecinal al reaparecer el vertedero ilegal de A Cuña

Residuos de todo tipo se depositan en el entorno de Outeiro da Cuña. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Pañales, colchones y hasta una máquina para el cambio de billetes por monedas son algunas de las cosas que se pueden encontrar en el vertedero en el que periódicamente se convierte el paraje de Outeiro da Cuña, una zona boscosa ubicada tras la antigua Universidade Laboral. Y es que, cual ojos del río Guadiana, la basura reaparece en este lugar tiempo después de cada limpieza, en parte por una falta de mantenimiento periódico y en parte -y sobre todo- por las conductas incívicas de las personas que allí depositan estos objetos.
Así, en enero del año pasado, los vecinos que frecuentan el lugar ya alertaban de las pésimas condiciones en las que se encontraba. Allí se podían encontrar entonces frigoríficos, televisores, baterías de coche y toda clase de basura, que convertían esta zona en un auténtico vertedero ilegal, con productos altamente contaminantes. Por aquel entonces, el Concello aseguraba que en torno al 95% de los terrenos eran de titularidad privada y, por lo tanto, quedaban en su mayor parte fuera de la responsabilidad municipal. Por ello, la institución local pretendía entonces localizar a los propietarios para que acometieran la limpieza de sus terrenos.


LIMPIEZA

Ahora, un año después, y tras la limpieza que se efectuó hace unos meses de este paraje -los vecinos aseguran que incluso se rellenó con tierra algunos puntos-, la zona vuelve a estar de nuevo rodeada de desperdicios. La Concejalía de Limpieza espera a conocer con más exactitud el punto en el que se encuentran los residuos, por si pudieran estar de nuevo en una zona particular.

Mientras, los vecinos que pasean por este espacio boscoso esperan que se adopten las medidas oportunas y se retiren de una vez los desperdicios acumulados a lo largo del camino, de los terraplenes que quedan a sus lados y del sendero semi-asfaltado, que es el acceso a este entorno. Incluso el murete de piedra que cierra el paso de vehículos a este paraje se ha convertido también en otro espacio empleado como vertedero por los más incívicos.

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