TRÁFICO

Los radares vigilan con una mayor intensidad 644 kilómetros de carreteras

Doce controles fijos y uno de tramo completan el despliegue de la DGT

El control de la velocidad en las carreteras se ha convertido en una de las máximas que quiere conseguir el director de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, para tratar de reducir unas cifras de siniestralidad viaria que en el año que acaba de concluir ha vuelto a repuntar, como se puede constatar en los datos de Ourense, que registró 18 víctimas mortales.

Una de las medidas que ha adoptado el Gobierno central es la de rebajar de 100 a 90 la velocidad máxima en las vías convencionales, aunque todo ello irá acompañado también de un mayor control de la Guardia Civil en aquellos puntos que se consideren de más riesgo para los conductores.

En un documento publicado recientemente, la DGT informa sobre los tramos y puntos de las carreteras españolas en los que se intensificará la vigilancia sobre la velocidad, escenario que en el caso de la provincia de Ourense afecta a algo más de 644 kilómetros de su red viaria repartidos tanto en carreteras de titularidad estatal como autonómica, en los que se puede instalar en cualquier momento alguno de los radares móviles de los que dispone la Guardia Civil.

Los tramos más amplios del listado están en la OU-536, entre la ciudad de Ourense y Trives con 71 kilómetros, y la OU-540, desde la capital a la frontera con Portugal, con una distancia similar.

Por otro lado, toda la red de titularidad está incluida en el listado difundido por la DGT. Así, en la N-120 se prestará especial vigilancia a tramos Rubiá-A Rúa, Os Peares-Ourense y Ourense-Melón, alrededor de 88 kilómetros. La variante de la N-120 a su paso por Velle y A Lonia también está contemplada en la vigilancia. Mientras, en la otra gran carretera nacional, la N-525, la atención se centrará entre Riós y Piñor, unos 115 kilómetros en total.

Las otras cuatro nacionales ourensanas tienen sendos tramos de mayor vigilancia. Así, la N-532, de apenas 15 kilómetros, se contempla en su totalidad, desde Verín a la frontera con Portugal; en la N-536, en Valdeorras, se tienen en cuenta una veintena de kilómetros; en la N-540, irá desde Vilamarín a la provincia de Lugo; y en la N-541 entre Carballiño y el límite con Pontevedra.

El resto de tramos de la red viaria ourensana contempladas como zonas de especial control están en la OU-0209 (en Celanova), la OU-0527 (en Vilamarín), la OU-101 (entre Ourense y Paderne de Allariz), la OU-105 (en Seixalbo), la OU-1105 (en Xinzo), la OU-402 (entre Ourense y Cortegada), la OU-404 (entre Celanova y Castrelo de Miño), la OU-504 (entre Ribadavia y Carballiño), la OU-510 (entre Pereiro y Seixalbo), la OU-531 (Xinzo a Cortegada) y la OU-533 (A Gudiña-A Rúa).

La vigilancia de Tráfico se incrementa también con la red de radares fijos y de tramo desplegados por las carreteras. En lo que respecta a la provincia, hay una docena de los primeros, la gran mayoría en la A-52, con controles permanentes en Cualedro, A Gudiña, Verín, San Cibrao y Ribadavia; pero también en la N-120, en Vilamartín de Valdeorras y Nogueira de Ramuín; en la OU-540, en Bentraces; y en la N-525, en el polígono de Barreiros y Cambeo.

Es en este núcleo de Coles donde está el único radar de tramo, que ha contribuido notablemente a reducir los accidentes en los últimos años. 

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