El padre de Laura Alonso dice que no parará hasta que el asesino de su hija "se pudra en la cárcel"

Reúnen 25.000 firmas por elcumplimiento íntegro de penas

El entierro de la joven conmocionó a todo el municipio de Toén.
Amigos y familiares de Laura Alonso Pérez (19 años), la joven de Xestosa (Toén) hallada muerta a finales del mes de agosto del 2009 tras varios días de búsqueda, llevan reunidas 25.000 firmas para solicitar que los condenados por violencia de genero cumplan íntegramente las penas.
La iniciativa se puso en marcha a los pocos días de que fuera detenido Javier Cruz García (32 años), con domicilio en el mismo municipio, quien terminó confesado haber dado muerte a la joven. El presunto agresor permanece en la actualidad en prisión provisional a la espera de juicio. "Las firmas las estamos recogiendo en bares de la provincia y a través de internet", aseguró el padre de la joven, Cesáreo Alonso, añadiendo que el objetivo final de las rúbricas es "presentarlas en el Congreso para que sea modificado el Código Penal y los condenados por violencia de género no puedan acogerse a beneficios penitenciarios y reducir el tiempo de permanencia en prisión, que cumplan toda la pena".


Justicia

Agresor y víctima mantuvieron una relación sentimental, durante la que Laura Alonso llegó a denunciar a Javier Cruz por presuntos malos tratos, aunque al final terminó retirando la acusación. "No pararé hasta que se haga justicia, que el que mató a mi hija se pudra en la cárcel", recalcó Cesáreo Alonso, asegurando desconocer la fecha en que serán entregadas las rúbricas en el Congreso. "Estamos a la espera de que se acabe de instruir las diligencias, conocer todo el contenido del sumario para después preparar la acusación, que el agresor sea enjuiciado por un asesinato", afirmó el padre de la joven fallecida.

Nueve meses después, los padres y amigos de Laura Alonso aún no se repusieron del suceso. "Lo que pasó es muy duro de aceptar. Era nuestra única hija, a la que nunca volveremos a ver", lamenta.

Los padres continúan siendo atendidos por psicólogos, mientras la Guardia Civil sigue practicando diligencias y analizando pruebas (fibras de ropa recogidas en el lugar de los hechos) para incorporar el resultado al sumario.

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