Dos iglesias, Santa Comba y O Baño, en el Concello de Bande, han sido objeto de sendos robos en los últimos días. De su interior, los desconocidos han sustraído una cruz de plata valorada en 30.000 euros y una bolsa con monedas de las antiguas pesetas. Un suceso que ha provocado las protestas de párrocos y fieles ante el aumento de los casos de vandalismo en las iglesias.
Agentes del puesto de Bande de la guardia civil tenían conocimiento, el pasado jueves, del forzamiento de las puertas de entrada de las iglesias de Santa Comba y O Baño, en el Concello de Bande. Desconocidos se adentraban en los templos parroquiales, causando destrozos y un grave desorden en el interior. En O Baño, se han llevado una cruz de plata del siglo XVII cuyo valor puede alcanzar los 30.000 euros, confesaba el delegado de Patrimonio de la Diócesis de Ourense, Miguel Ángel González, que lamentaba la desprotección y la vulnerabilidad de estas iglesias. Estoy bastante molesto porque los curas están avisados de que deben retirar las cosas de valor, matizaba.
El delegado reconoce que este verano se ha dado algún caso de robo, pero por lo gene ral se llevaban las calderillas de las donaciones, por lo que desde la parroquias se había optado por no denunciar. La policía debe aumentar la vigilancia a los templos, apunta. Eran las dos de la tarde jueves cuando María Isabel Alonso, la sacristana de la iglesia de Santa Comba de Bande, se dirigió has ta la iglesia para dar las campanas por un difunto. Me acerqué a la puerta y me encontré con que había sido forzada, describe la sacristana con el miedo todavía metido en el cuerpo.
Ni siquiera quise entrar, llamé a la Guardia Civil y estuve esperando a que llegara acompañada de una vecina, asegura. En su visita por las instalaciones María Isabel Alonso reconoce que hay mucho desorden, pero no se han llevado ningún objeto religioso, sólo una bolsa que contenía monedas y billetes antiguas, que no sumarán más de 20.000 pesetas. Lo peor ha sido el susto, por muy poco creyente que sea uno, el nombre de una iglesia hay que respetarlo, matiza.
Desde el Concello, José Antonio Armada, se lamenta de los hechos. Por desgracia, las iglesias se están convirtiendo, cada vez más a menudo, en el objetivo de ciertos personajillos que se ocupan de lo ajeno.
El delegado reconoce que este verano se ha dado algún caso de robo, pero por lo gene ral se llevaban las calderillas de las donaciones, por lo que desde la parroquias se había optado por no denunciar. La policía debe aumentar la vigilancia a los templos, apunta. Eran las dos de la tarde jueves cuando María Isabel Alonso, la sacristana de la iglesia de Santa Comba de Bande, se dirigió has ta la iglesia para dar las campanas por un difunto. Me acerqué a la puerta y me encontré con que había sido forzada, describe la sacristana con el miedo todavía metido en el cuerpo.
Ni siquiera quise entrar, llamé a la Guardia Civil y estuve esperando a que llegara acompañada de una vecina, asegura. En su visita por las instalaciones María Isabel Alonso reconoce que hay mucho desorden, pero no se han llevado ningún objeto religioso, sólo una bolsa que contenía monedas y billetes antiguas, que no sumarán más de 20.000 pesetas. Lo peor ha sido el susto, por muy poco creyente que sea uno, el nombre de una iglesia hay que respetarlo, matiza.
Desde el Concello, José Antonio Armada, se lamenta de los hechos. Por desgracia, las iglesias se están convirtiendo, cada vez más a menudo, en el objetivo de ciertos personajillos que se ocupan de lo ajeno.
