Ni la lluvia ni el frío desanimaron a quienes degustaron castañas, 'bolos preñados' y vino en el popular magosto que organizó un año más el Concello

San Martiño reunió en la Praza Maior a los ourensanos

La Praza Maior de la ciudad acogió ayer a partir de las cinco de la tarde el popular magosto que, con motivo de la festividad de San Martiño, se organiza cada año en la ciudad, en esta ocasión, a las puertas del consistorio.
Ni la lluvia que cayó a esa hora durante cinco minutos en esta zona del Casco Vello, ni los escasos 14 grados que marcaban los termómetros, desanimaron a los numerosos ourensanos que salieron a la calle para rendir homenaje al patrón de Ourense, arremolinados al lado de una gran hoguera en el centro de la plaza o haciendo cola para hacerse con un 'bolo preñado', un vaso de vino y una bolsita de castañas asadas -todo al precio de un euro-.

Al poco de dar comienzo el magosto, a las 17,47 horas, la organización había despachado ya 400 de los 3.000 tickets que pretendían vender, mientras una numerosa fila de personas -más de 100-, que llegaba desde los soportales del Concello hasta la Praza de San Martiño, esperaba su turno para hacerse con uno de ellos. 'É unha tradición que non se pode perder, está todo ben organizado e a cola avanza rápido', explicaba María Dolores Mangana.

También Juana Dafonte, una asturiana afincada en la ciudad hace más de tres años, indicaba que 'la fila se mueve rápido', para, acto seguido, afirmar que 'es una fiesta tradicional en la que merece la pena participar'. Por su parte, Manuel Corbal, un vecino de la ciudad que lleva asistiendo a la cita durante 'toda a vida, máis de trinta anos', reiteraba que 'hai que colaborar un pouco co Concello e festexar o San Martiño'. Otra participante en el magosto -que contó con 800 kilos de castañas, 3.000 de 'bolos preñados' y 500 litros de vino-, Carmen Nóvoa, sostenía que 'é bonito velo' y que 'é un motivo de alegría, para olvidarse de tante crise e dificultades'. Asimismo, otro ourensano que acudió ayer a la Praza Maior, Ramón Pérez, aseguraba al lado de la hoguera que 'esto dálle vida á xente', por lo que no dudó en felicitar 'a toda a Corporación municipal, para que se siga facendo tódolos anos'.

El magosto también tuvo una vertiente infantil. Varias monitoras de una empresa que colabora con el Consistorio enseñaban a los más pequeños manualidades para elaborar un cucurucho con el que ir a recoger, luego, las castañas. 'Fáilles moita ilusión', resumía Eva Tato, la responsable de los talleres.

Prácticamente al lado de ellos, Blanca Díaz, responsable de una casa de acogida, cuidaba de seis niños de corta edad, junto a otras monitoras. 'Había que traelos porque lles gusta moito vivir o magosto e as castañas', reiteraba Díaz.

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