Retiran una pancarta

Sara Fernández, la estanquera de Concordia: "¿Qué c... pasa con el Ayuntamiento?"

Sara Fernández, estanco de Concordia, 26
photo_camera Sara Fernández, estanco de Concordia, 26
La estanquera de Concordia, Sara Fernández, está indignada porque su negocio sigue "arrinconado por un andamio sin obreros", una señal de tráfico y una jardinera colocada justo delante de su puerta. Considera que hay fijación contra su actividad. Hace unos días colocó una pancarta denunciando su situación y se la retiraron

Es preguntarle a Sara cómo va todo y no hace falta mucho más. Su indignación sale a borbotones. El desencuentro con el Concello es permanente. Parte de la decisión de peatonalizar la calle Concordia, las obras para instalar las rampas mecánicas o la colocación de unas farolas nuevas que "mantienen la calle oscura".

Su lista de problemas engordó tras la caída a la vía pública de una placa de la fachada en donde está ubicado su estanco. Sucedió en mayo del año pasado, en Concordia, 26 y este incidente provocó la instalación de un andamio. Una molesta estructura que dificulta la visibilidad y entrada a su negocio y con la que convive, como dice ella, "hace ya más de 9 meses, es como un embarazo sin estar preñada".

La estanquera de Concordia se queja de la parálisis, de que nadie le da respuesta, "por mucha documentación que tengo y presento, no hay manera de que me contesten". Al no ver movimiento en las obras de la fachada mes tras mes, Sara decidió colocar una pancarta. Decía lo que piensa: "Un año con andamio y sin obreros. ¿Qué c... pasa con el Ayuntamiento?".

Colgó la pancarta -en amarillo DO o estilo #Ourenseenobras"- un miércoles y el viernes se lo estaban retirando sin más explicación. "Lo que me sorprendió es que les moleste la pancarta y no el andamio", reprocha.

Fachada del edificio de la que se desprendió un elemento
Fachada del edificio de la que se desprendió un elemento.

Los obreros no le presentaron ninguna documentación. "Se dice el pecado, pero no el pecador", le contestaron los operarios. La Región consultó a la empresa responsable del andamio, que afirmó que la indicación de retirada de la pancarta fue de la comunidad de vecinos, no del Concello. La licencia de obra está aprobada, pero falta la liquidación municipal de la fianza de ocupación de vía pública, motivo por el que las obras no han dado comienzo todavía.

Desde que se lo retiraron de la fachada, Sara guarda el cartel dentro de su estanco y se muestra más enfadada todavía.

"¿Qué c... pasa con el Ayuntamiento?"

Sara explica que en el mensaje solo pone la ce, y puntos suspensivos, "por ser fina y para que cada uno interprete la ce como quiera". Considera que la estructura que tapa su negocio no es una medida de protección para que no caigan restos de la fachada a la vía pública  "Protección es poner una malla o rejilla como le pusieron al edificio de Vázquez-Gulías o el de la Farmacia Cobián del Paseo", pero no considera que el andamio sea una medida de protección.

El otro lado de este rosario de quejas es cómo estima que repercute en su día a día en el estanco. Desde que empezó esta situación, está muy atenta a sus cuentas. "Calculo entre un 40 y 50% de pérdidas y tengo todo documentado para reclamar. ante el juzgado", asegura convencida. .

Sara Fernández, frente a su estanco.
Sara Fernández, frente a su estanco.

Otros desencuentros

Las desavenencias de Sara con el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, vienen de atrás. Cuenta que él la insultó cuando denunció que la calle se quedaba muerta con las obras para instalar las rampas, también cuando dijo que la calle estaba oscura y ahora con este rifirrafe con el andamio. "Me dijo que yo era la hater de Democracia Ourensana... después puso esa rampa que no vale para nada, que la gente sube en la rampa, pero aquí ya cerraron tres negocios", enumera los motivos de su enfado.

Sara sobre las farolas de hierro de la calle Concordia: "Estarán en Montealegre, en una mansión o se habrán vendido como chatarra, eso nunca se sabe. Eso hay que preguntárselo a él"

Ahora denuncia una mala gestión en la calle Concordia y toda la retahíla de problemas concretos para su estanco. "No hacen más que poner peros, no sé si es el ayuntamiento o quién es, pero estoy aquí encajonada, así que yo tengo que protestar". Repasa lo que llama "tropezones apañamierdas", en referencia a las jardineras ubicadas en la calle Concordia, una señal de "No aparcar" ubicada justo en la puerta del negocio o la poca luz que hay en la zona. 

Enfadada, suelta una irónica carcajada cuando recuerda las antiguas farolas de hierro forjado con grandes bolas de luz que había en esta vía. "Estarán en Montealegre, en una mansión o se habrán vendido como chatarra, eso nunca se sabe. Eso hay que preguntárselo a él", quejándose de la falta de información que se aporta públicamente el regidor sobre estas decisiones. Considera que la calle ha perdido vida, que todo cuesta mucho y que nadie pregunta nada.

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