Reportaje

El secreto de las fuentes de As Caldas

photo_camera Los vecinos acuden al lugar con botellas y cubos por las propiedades terapéuticas de sus aguas.

Acudir con calderos y sumergir pies y piernas en las aguas del antiguo balneario de As Caldas es todo un ritual para los vecinos de la zona. Confían en sus propiedades terapéuticas y están agradecidos a Ángel Diéguez, el actual cuidador del recinto termal. 

La ciudad de Ourense es conocida por sus puentes que cruzan el río Miño pero también por su riqueza termal. De hecho, son muy pocos los que se resisten a tomar un baño caliente en algunas de sus termas incluso en pleno verano. Las aguas de O Tinteiro o las termas de A Chavasqueira son las más famosas de la ciudad gracias a sus propiedades terapéuticas pero no las únicas. De hecho, las aguas del antiguo balneario de As Caldas, situado entre las torres de O Pino y la margen derecha del Miño, también son conocidas por sus poderes curativos. 


Sus usuarios, mayoritariamente gente mayor, conocen el balneario con el nombre de "Bajo Puente" y ellos mismos se quedan sorprendidos de los milagros de estas aguas. Acuden todos los días con calderos, cubos y botellas de plástico para aliviar sus dolencias. Según ellos, la fama de estas aguas va más allá de la provincia y dicen que es frecuente ver a gente de Lugo o de A Coruña que acude con mucha fe para curar algunas anomalías de la piel. Cicatrización de heridas fruto de operaciones quirúrgicas o aliviar la flebitis -la inflación de las venas- son algunas de las aplicaciones de estas aguas termales. También son recomendadas para curar enfermedades bucodentales como la gingivitis. En la misma zona existe un caño de agua termal para tratar la bronquitis y posibles afecciones relacionadas con la vista. 


Sin embargo, los usuarios de estas aguas termales están molestos por no contar con un servicio de mantenimiento. El acceso a los caños es complicado y se tiene que hacer a través de una senda en pendiente por lo que las personas con movilidad reducida no pueden acceder con facilidad. La zona en la que los vecinos toman sus baños termales es muy peculiar y nada tiene que ver con el acondicionamiento del que gozan otras pozas de la provincia: unas incómodas estructuras de cimiento y piedra sirven de asiento a sus usuarios. En As Caldas no hay lujos sino mucho altruismo. n

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