Coincidiendo con la festividad de San José, el Obispado de Ourense celebró ayer el día del Seminario con la pretensión de fomentar las vocaciones sacerdotales entre los más jóvenes. Conscientes de que la tarea no es fácil en una sociedad cada vez más anclada hacia la laicidad y en 'un ambiente que favorece menos el acercamiento personal de los jóvenes a la Iglesia', tal como lamenta el rector del Seminario Mayor, José Ángel Mirón, la Diócesis estrenó este fin de semana una campaña de visibilización mediante redes sociales (como Tuenti y Facebook) cuñas radiofónicas, carteles y material didáctico.
'El sacerdote, don de Dios para el mundo' es el lema de la campaña que, a modo de 'llamada de atención, plantea la posibilidad de lo gozosa que puede ser la vida entregándosela a Jesús', explica Luis Javier González, delegado diocesano de vocaciones. Los ingresos en el Seminario Menor se han incrementado en un 10 por ciento, con 84 alumnos en total, mientras que las ordenaciones sacerdotales se mantienen constantes oscilando entre las tres y cuatro al año. Una cifra que 'no es suficiente' para atender las 735 parroquias con las que cuenta la diócesis, reconoce González.
En la actualidad, hay curas que atienden hasta 15 parroquias, una situación que podría obligar a suprimir alguna de ellas. La dispersión poblacional en la provincia conlleva un gran número de parroquias, pero cada vez con menos feligreses. Sin embargo, el responsable de emprender cambios en esta cuestión es el obispo, por lo que será imposible acometer cambios sin que se produzca su nombramiento. Este vacío también está retrasando las ordenaciones sacerdotales, que no se producirán hasta contar con la presencia del nuevo obispo de la diócesis.
En la actualidad, hay curas que atienden hasta 15 parroquias, una situación que podría obligar a suprimir alguna de ellas. La dispersión poblacional en la provincia conlleva un gran número de parroquias, pero cada vez con menos feligreses. Sin embargo, el responsable de emprender cambios en esta cuestión es el obispo, por lo que será imposible acometer cambios sin que se produzca su nombramiento. Este vacío también está retrasando las ordenaciones sacerdotales, que no se producirán hasta contar con la presencia del nuevo obispo de la diócesis.
