La junta de seguridad local anuncia un plan para mejorar la vigilancia en el rural y áreas termales
Balance satisfactorio pero no hay que bajar la guardia. Así concluyó ayer la junta local de Ourense el estado de seguridad en la ciudad y su entorno, donde los robos con fuerza cayeron un 54,6% en los últimos meses y la cifra de detenidos aumentó un 7,5% al mejorar, claro, la eficiencia policial, que se cifra ahora en un 17% más que cuando se hizo balance de la anterior junta de seguridad.
Así, y según el comunicado hecho público tras la reunión, sólo se produjo un "leve" incremento en el robo de establecimientos comerciales, mientras crecieron notablemente las aprehensiones de droga, que casi doblan las recogidas el año anterior. Con esas conclusiones, el subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, pone sus ojos ahora en el verano, momento en el que se intensificará el operativo policial en el área termal, para garantizar la seguridad de los bañistas -el "Turismo seguro", como le llaman-, y se reforzará la presencia policial en el perímetro rural de Ourense, para disuadir a los ladrones y tranquilizar a los vecinos.
A la reunión acudieron responsables de las federaciones vecinales Miño y Limiar, que pidieron al alcalde, Agustín Fernández, la urgente mejora de calles como la avenida de la Habana o Concejo, y mano dura contra los que aparcan en las paradas de autobuses.
El regidor socialista expresó su compromiso de mantener la colaboración de la Policía Local con las demás fuerzas de seguridad, apelando especialmente a la seguridad en las vacaciones estivales, cuando más turistas acuden y muchos ourensanos cierran su casa para irse de vacaciones.
