La infancia siempre va asociada a la felicidad, y Víctor Vázquez Silva, de cinco años, no es una excepción. Este niño ourensano, que sufre un retraso madurativo fruto de un déficit de la hormona de crecimiento, ha logrado implicar a cientos de personas en una causa tan sencilla como donar tapones de plástico. Ya hay varias toneladas recogidas, que, junto a lo que se recaude hoy, permitirán financiar un tratamiento que mejorará enormemente su calidad de vida.
Pero el camino no ha sido fácil. Rosa María Silva, Mari, su madre, relata lo 'tremendo' que era ver a su hijo incapaz de levantarse del suelo con tres años. Más terrible fue para la familia Vázquez Silva comprobar como la Seguridad Social les decía que no cubriría su tratamiento, y que les resultaba imposible asumirlo por la vía privada.
Fue ahí cuando, a través de una clienta de la peluquería que regenta Mari, las fundaciones Seur y Coren se pusieron manos a la obra para ayudar a Víctor. Tal y como ocurrió con otros niños en situaciones similares, se puso en marcha un sistema de recogida de tapones con el objetivo de lograr los 6.000 euros que necesitaba la familia para costear este tratamiento.
Ourense respondió y hoy se espera que la colaboración sea masiva para completar ese dinero. Porque a las 17,00 horas, la plaza Bispo Cesáreo acogerá una degustación con la que lograr más fondos para una familia que lucha por su hijo. Con todo, Mari destaca, emocionada, que hasta el momento 'todos se portaron de maravilla, especialmente la gente de la calle y los pequeños comerciantes'.
Ahora a Víctor le espera un camino que sólo va hacia adelante, con un tratamiento que se alargará hasta que cumpla los 14 años y que estos meses ha sido costeado a duras penas por su familia. 'Ha mejorado muchísimo, ya no es el mismo', reconoce Mari, 'pero hay muchos gastos importantes todavía, como sus clases de logopedia o natación'.
Fue ahí cuando, a través de una clienta de la peluquería que regenta Mari, las fundaciones Seur y Coren se pusieron manos a la obra para ayudar a Víctor. Tal y como ocurrió con otros niños en situaciones similares, se puso en marcha un sistema de recogida de tapones con el objetivo de lograr los 6.000 euros que necesitaba la familia para costear este tratamiento.
Ourense respondió y hoy se espera que la colaboración sea masiva para completar ese dinero. Porque a las 17,00 horas, la plaza Bispo Cesáreo acogerá una degustación con la que lograr más fondos para una familia que lucha por su hijo. Con todo, Mari destaca, emocionada, que hasta el momento 'todos se portaron de maravilla, especialmente la gente de la calle y los pequeños comerciantes'.
Ahora a Víctor le espera un camino que sólo va hacia adelante, con un tratamiento que se alargará hasta que cumpla los 14 años y que estos meses ha sido costeado a duras penas por su familia. 'Ha mejorado muchísimo, ya no es el mismo', reconoce Mari, 'pero hay muchos gastos importantes todavía, como sus clases de logopedia o natación'.
