La provincia se encuentra bajo la influencia de un anticiclón y, como explica Susana Bayo, meteoróloga de Telemiño, en una situación de “anomalía térmica de 10 grados” con respecto a los registros acostumbrados durante esta época del año.
Bayo precisa que, para el mes de diciembre, lo normal sería registrar en la ciudad “máximas de 11 o 12 grados, cuando ahora rozamos los 20; y mínimas por debajo de los 4, cuando nos movemos alrededor de los 14”. Y Ourense vivirá sucesivas jornadas sin apenas cambios hasta principios de enero. Se esperan incluso ligeras subidas de las máximas, alcanzando definitivamente los 20 grados, y es probable que las mínimas comiencen a decaer de forma leve desde el fin de semana. “Esta anomalía es muy importate y durará, al menos, hasta el 3 de enero”, añade la meteoróloga.
Bayo aclara que estos días serán de un “ambiente muy cálido” para Ourense, como también para el resto de ciudades gallegas. Ourense registró ayer 19,5 grados, por delante de A Coruña y Pontevedra, ambas con 18,9; y Vigo, que registró 19,2. Lugo y Santiago ya quedaron muy atrás. De hecho, la máxima de Santiago, 15 grados, coincidió con la mínima ourensana. El resto de la provincia también registró temperaturas elevadas, principalmente O Barco (19,5 grados) o Ribadavia (19). En Arnoia se llegaron a registrar 20,1, máxima temperatura de toda Galicia.
Valores primaverales
Durante la mañana de hoy, se mantienen las nubes en el cielo, especialmente en el oeste de la provincia, donde se podría generar alguna débil lluvia al comienzo del día. Continúan los valores primaverales, con mínimas de 15 grados en la ciudad (rozando su récord histórico de 16, que podría batirse), y también por encima de los 10 en la gran mayoría de la provincia.
“Hace tan solo un año, nos encontrábamos con la borrasca Filomena, que dejó prácticamente congelada a media Península Ibérica durante media semana. Ahora estamos ante otra cara de la misma moneda, pues esta anomalía es consecuencia de la corriente de chorro (‘jet stream’). El objetivo de esta corriente, que se encuentra a una altitud de entre 7.000 y 14.000 metros de altitud, es separar las masas de aire frío y cálido. Pero, debido al cambio climático, la ‘jet stream’ pierde tensión y tiende a serpentear, lo que provoca periodos largos de tiempo con intrusiones de aire cálido”, explica la meteoróloga de Telemiño. En cualquier caso, matiza que “siempre es prudente esperar a que terminen los fenómenos para analizarlos”.
