Una trampa de 180 grados: así es la horquilla atrapacamiones de Ribela

El GPS cree que es la opción más adecuada para acceder a las naves de Ribela desde la N-525 y los conductores foráneos caen en la trampa. Los vecinos están hartos y exigen soluciones

A veces, se despierta con el sonido del claxon. “Empiezan a pitar esperando a que salga alguien para ayudarlos”, explica. Prefiere no dar su nombre, pero vive en el corazón de la trampa: un estrecho giro de 180 grados que atasca camiones sistemáticamente en Ribela (Coles). Es la ruta favorita del GPS para guiar a los tráileres a un bloqueo seguro.

Ribela tiene alrededor de 215 habitantes, según el INE. Y varias naves industriales. Las aplicaciones mandan por este sinuoso vial a los camiones que proceden de la N-525 y se dirigen a estas empresas, a pesar de que no es apto para la circulación de vehículos de gran tonelaje.

El último episodio tuvo lugar este jueves, cuando un camión portugués se quedó atorado en la curva. No conseguía avanzar, pero tampoco maniobrar para salir. La calzada apenas tiene unos escasos metros de ancho y el giro, muy cerrado, está condicionado por un muro de piedra en el interior y un terraplén en el exterior.

No es la primera vez que sucede. El muro de la vivienda, alquilada por su pareja, acababa de ser arreglado cuando un camión lo dañó de nuevo. “En cuestión de cinco o seis meses, se ha dado parte al seguro dos veces. Ahora se tendrá que dar parte otra vez”, explica el vecino. La aseguradora no les renovó la póliza por el elevado importe de los daños. La segunda vez, se hizo cargo el seguro de la propietaria: “Probablemente, le va a pasar lo que nos pasó a nosotros”, lamenta.

La carretera es estrecha, apenas pueden cruzarse dos turismos. “No es una carretera para camiones, es para un pueblo, para cuatro coches”, apostilla. Otro vecino, Fernando Varela, advierte de esta circunstancia. “Os muros das fincas son vellos, era unha estrada pola que subían catro coches. Se te fixas na curva, o lado dereito está todo afundido. Calquera día vai un camión abaixo”, alerta.

Los vecinos piden que se restrinja la circulación de vehículos de gran tonelaje con una señal, y así impedir que se sigan atorando tráileres, con el riesgo que supone. “Vai haber un disgusto, e vai unha persoa dentro do camión”, alarma Varela, quien señala como raíz del problema las naves instaladas en la parroquia: “Non é normal”, critica, “cando hai un polígono aí arriba, en Vilamarín”.

Los cortes que ocasionan los accidentes de estos camiones, además, son duraderos. En el caso del tráiler atrapado el jueves, se tardaron alrededor de 24 horas en liberarlo. El autobús del colegio no pudo hacer su ruta habitual. Es habitual que la circulación quede cortada durante horas y horas, forzando rodeos kilométricos.

La voz de los expertos llama a la responsabilidad de los chóferes. Ramón Cao, especialista en seguridad vial, comenta el camión bloqueado el jueves: “Es evidente que ha calculado mal el radio de giro de la curva”. En todo caso, la vía “no es la más adecuada para circular con este tipo de vehículos”, destaca: “Un mínimo despiste te penaliza muchísimo”.

Los GPS también tienen su parte de culpa, ya que los chóferes recurren a navegadores diseñados para turismos. “Por desgracia, muchos camioneros no utilizan las aplicaciones profesionales. Cada vez es más usual encontrar noticias como la de este camión”, explica Cao. “También tenemos un problema normativo, esta carretera no estaba señalizada, es increíble”, observa el experto, que afea que se dejen “en el olvido” tanto el mantenimiento como la señalización de las carreteras locales.

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