SANIDAD

Traslado del personal y derribo del edificio demoran la obra del CHUO

Las empresas adjudicatarias habilitarán barracones climatizados en un solar colindante para cien empleados sanitarios.

Cumplido el primer trimestre de este año, plazo que se daba la Xunta de Galicia para iniciar las obras de ampliación del Complexo Hospitalario de Ourense (CHUO), la obra no ha sido iniciada, aunque fue adjudicada el pasado 16 de enero a la Ute formada por Vías y Construcciones (del grupo ACS), CRC (empresa coruñesa) y la ourensana Extraco; aunque la contratación no fue oficializada hasta el pasado 27 de marzo, a través de su publicación en el Boletín Oficial del Estado. Ocurre que los tiempos corren porque esta obra va ligada a la innovación tecnológica que financia la Unión Europea y cuyos plazos finalizan en 2015.

En realidad, a día de ayer, los 220 trabajadores del edificio administrativo que debe ser derribado para construir en su lugar la llamada fase I del Plan Director del Hospital 2050 del CHUO, seguían tranquilamente en sus puestos, mientras la gerencia busca cómo reubicarlos entre el destartalado Hospital Santa María Nai y nuevos "barracones" que las empresas adjudicatarias ofrecieron como mejora de su oferta y que instalarán en un terreno del Sergas colindante con la antigua escuela de capacitación agraria de la Diputación. Eso sí, señalan los trabajadores, serán oficinas prefabricadas pero climatizadas.

También a día de ayer, y mientras desde el partido político Compromiso por Galicia se alertaba de un eventual retraso en el inicio de las obras, fuentes del Sergas precisaban que, realmente, responsables de la Ute y operarios llevan semanas haciendo mediciones en el recinto, aunque no se ha movido ninguna máquina ni se ha iniciado el derribo de los edificios obsoletos -no sólo el administrativo, sino el actual Materno Infantil, que en el Plan Director desaparece aunque será más a largo plazo-. Antes tendrán que trasladarse los despachos, lo que se antoja una tarea ardua, lo mismo que el derribo de ese edificio administrativo, que además requiere numerosas medidas de precaución por hallarse pegado a un recinto sanitario donde seguirá habiendo enfermos.

Según los plazos que maneja el Sergas, el traslado podría realizarse en este mismo mes de abril, o en mayo, si se cumple el calendario previsto de instalación de los barracones para oficinas, que la Unión temporal de empresas quiere instalar en las próximas semanas. Allí se ubicará, aproximadamente, la mitad de los 220 trabajadores sanitarios del área administrativa del Complexo. Los otros se reubicarán en el Nai.

Por ello, el inicio real del nuevo edificio de hospitalización aún tardará meses en asomar en el recinto del Complexo Hospitalario; antes tendrá que desaparecer el edificio de oficinas, donde se han concentrado toda la intendencia y administración del área sanitaria integrada, a costa de reagrupar a decenas de funcionarios, procedentes en muchos casos de oficinas repartidas por la ciudad, lo que ya generó numerosas protestas en su momento. La nueva reubicación obligará otra vez a cambios que pueden afectar a la marcha cotidiana del Complexo Hospitalario.

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